El curso 23/24 de la Liga F arrancó de manera convulsa ante la falta de renovación del Convenio Colectivo del fútbol femenino profesional. Tras 18 meses de negociaciones y reuniones entre sindicatos y patronal, se llegó por fin a un acuerdo para dar respuesta a la principal demanda de las jugadoras.

Las futbolistas de nuestro país consiguieron establecer un salario mínimo bruto anual de manera colectiva que fuera aumentando de forma paulatina hasta 2026.

Hasta la fecha, el salario mínimo era de 16.000€ brutos anuales, lo que dificultaba en gran medida dedicarse en exclusiva a este deporte por parte de las futbolistas y lo que se alejaba por completo de una de sus grandes peticiones, profesionalizar el fútbol femenino. Hasta el momento eran muy pocos equipos los que contaban con los recursos suficientes para poder competir en la liga española y en Europa, como es el caso del FC Barcelona o Atlético de Madrid, lo que provocaba una desigualdad notoria en los encuentros.

¿Qué reclaman las futbolistas de La Liga Femenina?

Tras las negociaciones, La Liga F anunció que estaba dispuesta a ofrecer una subida del salario mínimo hasta los 20.000€ solo para esta temporada. Con ello, se mejoraba la primera oferta de 18.000€.

Por su parte, los sindicatos pedían salarios de 25.000€ para este año y 30.000€ para la siguiente temporada. Al final el acuerdo se cerró en 21.000€ con la opción de un posible incremento en función de los acuerdos comerciales que pueda conseguir la competición.

Hay que tener en cuenta que estas son las cifras base del acuerdo, pero que el sueldo puede llegar a aumentar hasta los 23.000 euros este año, a los 25.000 euros el próximo curso, y a los 28.000 euros en la temporada 2025 - 2026. Todo ello dependerá del crecimiento de los ingresos comerciales de la competición, tal y como ha explicado la Liga F en un comunicado.

¿Cómo es la diferencia con el fútbol masculino?

Pese al importante aumento que ha experimentado la remuneración que van a recibir a partir de ahora las jugadoras de La Liga femenina, la brecha salarial que les separa de sus homólogos masculinos es todavía abismal. Esto se debe a que el salario mínimo para los futbolistas de Primera División es de 182.000 euros, cerca de nueve veces más que el del fútbol femenino, después de la renovación del Convenio Colectivo que aprobaron la AFE y LaLiga el pasado mes de abril. Ni siquiera se aproximan a los sueldos de los jugadores de Segunda División, fijado en 91.000 euros, cuatro veces más que en La Liga F.

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