El Barcelona está centrando su actividad en el mercado de fichajes en las últimas semanas en dar salida a diferentes jugadores. Entre ellos está Clement Lenglet, que acaba de volver de su cesión en Inglaterra, y estaba Samuel Umtiti, que este viernes rescindía su contrato tras haber estado un año a préstamos en la Serie A. El deseo del club culé de no contar con ellos confirma una maldición que afecta al Barcelona desde hace años, que le ha pasado una gran factura en cuotas de apuestas para fútbol y a la que Jules Koundé mira ahora con cierta preocupación imaginándose su futuro como azulgrana.

Una racha interminable de decepciones de origen galo

La historia del FC Barcelona con los defensas centrales franceses da para película de terror en los últimos años. Desde que Laurent Blanc aterrizase en la ciudad condal en 1996, hasta un total de nueve jugadores galos han llegado al club culé para ocupar esa posición. Por el momento, quitando a Jules Koundé, ninguno ha ofrecido el rendimiento que se esperaba, hasta el punto de acabar saliendo del club o estar en proceso de hacerlo.

Lenglet y Umtiti, los últimos y mayores fracasos

El caso de Lenglet y Umtiti es especialmente sangrante por dos motivos. El primero porque el precio de su contratación fue tremendamente elevado, ya que se pagaron 36 y 25 millones de euros por ellos respectivamente. Por otro lado, tuvieron oportunidades de sobra, ya que estuvieron varias temporadas como azulgranas, llegando a jugar 160 partidos en el caso de Lenglet y 133 en el caso de Umtiti.

Sin embargo, los dos fueron claramente de más a menos. “Big Sam” tuvo dos temporadas iniciales sobresalientes, pero una lesión de rodilla, tras ser campeón del mundo, le mermó físicamente hasta el punto de completar dos temporadas finales como culé donde apenas disputó 17 partidos. Por su parte, Lenglet tuvo un primer año muy bueno, pero con el paso del tiempo se fue apagando, cometiendo errores imperdonables que le llevaron a la puerta de salida del conjunto blaugrana.

Dos apuestas veteranas que salieron mal

En 2014, con Carles Puyol recién retirado, el Barcelona se lanzó al mercado en busca de centrales para reforzar al equipo. Una de sus adquisiciones fue Jeremy Mathieu, jugador del Valencia que había sido reconvertido a central dos temporadas antes, y por el que los blaugranas pagaron 20 millones de euros cuando tenía 30 años. Su nivel fue bueno en la primera temporada, marcando dos goles claves al Real Madrid y al Celta en LaLiga Santander, pero su rendimiento bajó a partir del segundo año y se hundió por completo en el tercero. Se marchó libre al Sporting de Portugal.

Ocho años antes, los catalanes se aprovecharon del descenso administrativo de la Juventus para incorporar a uno de los jugadores con más historia de Francia: Lilian Thuram. Pagaron cinco millones de euros por un futbolista de 34 años, que venía de ser finalista del Mundial, y que estaba destinado a formar una pareja de centrales inexpugnable con Carles Puyol. Sin embargo, el galo nunca dio el nivel esperado, completando actuaciones muy cuestionables y únicamente logrando una Supercopa de España. Jugó 58 partidos en dos cursos y puso fin a su carrera.

Otros nombres que dejaron mal recuerdo

Dentro de la maldición del Barcelona con los centrales franceses, existen otros nombres que tuvieron mucha menos relevancia pero salieron igual de mal. Los hubo que duraron dos temporadas y no dieron el nivel, como Philippe Christanval; o que apenas jugaron nada, como Jean Clair Todibo. También hubo pasos esporádicos de un curso sin pena ni gloria, como los casos de Laurent Blanc o Fréderic Dehu.

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