Los Angeles Lakers se colocaron hace un mes como el equipo más laureado de la historia de la NBA al desempatar a 17 títulos con Boston Celtics.

Los californianos ganaron la primera edición de la Copa de la NBA en Las Vegas superando en la final a los Indiana Pacers, otra de las grandes sensaciones del inicio de la temporada.

El conjunto liderado por ‘King James’ festejó a lo grande un título con el que habían competido en igualdad de condiciones contra las otras 29 franquicias de la competición siendo los más comprometido y llevándose a casa por barba un bote de 500.000 dólares.

Todo parecía viento en popa para reeditar las finales de Conferencia de la temporada anterior gracias a un balance de 14-9 estando en el top-3 del Oeste.

Las cosas, sin embargo, se han ido de madre en un equipo que ha cosechado, desde que ganó la Copa NBA, un balance de tres victorias y 10 derrotas.

“Ahora mismo somos una basura de equipo, damos asco. Aquel trofeo no fue para tanto, sólo ganamos dos partidos. Mi hijo podría jugar con nosotros fácilmente”, dijo recientemente LBJ con el objetivo de motivar a un cuadro que actualmente se encuentra fuera de los puestos de Play-In en una pésimo undécima posición en su Conferencia.

Los angelinos han entrado en barrena y no para de hablarse de posibles cambios en un equipo donde ‘King James’ y ‘La Ceja’ son los únicos intocables a día de hoy.

Hasta el puesto del técnico corre peligro en estos momentos en una franquicia que ha demostrado ser capaz de lo mejor y de lo peor en los últimos años tras ganar un campeonato y dos años después quedarse fuera de Play-Offs.

Los rivales se están poniendo las pilas

Los Lakers han visto cómo el nivel de la Conferencia Oeste ha comenzado a subir con equipos que hipotéticamente debían estar arriba reaccionando en este mes de diciembre.

Los Angeles Clippers, eterno rival de los amarillos, han dado la vuelta al calcetín con un balance de ocho triunfos y dos derrotas en sus últimos 10 encuentros.

El equipo californiano además está viendo cómo por detrás le están apretando tanto unos Utah Jazz como unos Memphis Grizzlies que vienen con récord positivos en sus últimos encuentros. Muchas voces señalan que los angelinos deben acudir al mercado de traspasos para paliar una alarmante falta de acierto en el lanzamiento exterior en un plantilla mal configurada.

El conjunto tiene problemas tanto en ataque como en rebote, siendo decimoctavo y vigésimo en ambas categorías respectivamente.

Con estos números, los Lakers no están cumpliendo con las expectativas sobre una plantilla que es la décima mejor pagada de toda la competición, pero que incrementará sus gastos futuros al top-5 en la próxima campaña.

La hipoteca de LBJ

‘King James’ tiene como objetivo público jugar en la NBA junto con su hijo mayor, quien actualmente está en la NCAA y que se le pronostica como número 20 del próximo Draft. El joven base será una de las piezas más codiciadas en el sorteo del próximo verano y los malos resultados de los Lakers podrían hacer que se aseguren esta elección.

El equipo californiano se encuentra entre la espada y la pared en este momento de la temporada. Sus estrellas piden cambios, pero son intocables.

En este callejón sin salida, a los angelinos sólo les queda por hipotecar futuras rondas de Draft para darle un último baile a su Rey, quien vería muy dañado su legado de no poder clasificarse ni para Play-Offs.

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