La Fórmula 1 es uno de los negocios más rentables del deporte mundial. La competición se inició en 1950 y desde entonces no ha parado de crecer en cuanto a carreras, sponsors y premios a repartir entre los equipos participantes. Esta última temporada se alcanzó la cifra récord de 1.004 millones de dólares en recompensas.

Vayamos por partes para explicarlo todo. Los pilotos, como tal, no reciben ninguna remuneración económica por ganar carreras, aunque sí puede haber algún premio personal en especia como un coche, un reloj o un trofeo único. Sin ir más lejos, la copa que se rompió en el podio del Gran Premio de Hungría tenía un valor de 40.000 euros.

Entonces, ¿cómo funciona el sistema? La Fórmula 1 recauda el canon de cada circuito por participar en el campeonato, siendo la cifra de 25 millones de euros el precio mínimo que paga cada trazado por estar en el calendario.

Hay casos, como los países de los petrodólares, que triplican esa cantidad, siendo estos ingresos los que se meten en la hucha para luego repartir entre los equipos. El aumento de carreras en los últimos años hasta alcanzar ( un cifra récord de 24 previstas para 2024) hará que este reparto de premios no haga más que incrementarse.

El Mundial de pilotos no cuenta

A las escuderías, realmente, no le importa en el reparto económico qué piloto gane salvo por temas de marketing e imagen. El Mundial que tiene trascendencia es el de constructores y la posición que ocupes al final de temporada, puesto que ahí es donde se entrega la pasta y los equipos hacen lo que quieren con ello. Esencialmente ese dinero se emplea en pagar a pilotos, contratar ingenieros, diseños, túnel de viento y un sinfín de asuntos logísticos.

La Fórmula 1 estableció en 2022 el límite presupuestario en todo lo relacionado con el diseño, ejecución y recambios de los monoplazas en 128 millones de euros. Red Bull, la escudería campeona de 2021, fue sancionada por saltárselo pagando una cuantiosa multa, pero sus emolumentos habían superado con creces ese límite. La rueda nunca se detuvo en su caso.

Si la temporada 2023 acabase como hasta ahora, Red Bull -líder del Mundial de Constructores- se llevaría el 37% del total de 1.004 millones de dólares presupuestado alcanzando los 370. Le seguiría actualmente Mercedes con un 27% del bote y en tercer lugar aparecería Aston Martin quedándose el 20% del total. Estos tres equipos tendrían un enorme superávit a final de año.

Cláusulas y piloto de pago

A partir de ahí, nos queda un 16% que se reparte entre el resto de equipos en función del número de puntos logrados en el Mundial de Constructores. Como vemos es de capital importancia esta clasificación para el devenir futuro de los equipos y una buena vara de medir de lo que puede acontecer en el futuro en lo referente a sostenibilidad económica.

Viendo esta situación, desde el año 2019, algunos pilotos metieron cláusulas en su contrato por victorias conseguidas además de su salario fijo. Otros conductores, en cambio, pagan por conseguir un asiento siendo 10 millones de euros una de las cantidades más sonadas que se han pagado por tener un lugar. Todo sea por encontrar el equilibrio en la parrilla y que cada vez haya menos escuderías que den pérdidas a final de año.

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