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El marketing lo es muchas veces todo en el mundo del motor. Los pilotos de MotoGP y Fórmula 1 inevitablemente se identifican con dorsales. Fernando Alonso es el 14, Marc Márquez el 93, Max Verstappen el 33 y así un sinfín de marcas que claramente asociamos con los pilotos.

El inventor de esto fue un tal Valentino Rossi, quien jamás abandonó el número 46 que le acompañó durante toda su carrera deportiva pese a ganar nueve campeonatos. El italiano tenía claro que su número era sagrado y con ello inauguró una época en MotoGP en la que el número 1 casi siempre estuvo vacante, pese a que antiguamente tenía muchísimo prestigio.

No en vano, las normas del motor permiten que cada piloto sea de Fórmula 1 o de MotoGP coja un número del 2 al 99, pero nunca se puede elegir el 1 en caso de que el campeón lo reclame. Jorge Martín abandonará el 89 que le ha acompañado estos últimos años para llevar el número 1 que tanto ascos había recibido últimamente y que Pecco Bagnaia sí puso en valor.

¿Por qué nadie quería el 1?

Recapitulemos un poco atrás en el tiempo. En la década de los 2000, Rossi ignoró por completo el número 1 por cuestiones de marketing. El primero que le ganó fue un Nicky Hayden al que no le fue muy bien su defensa del título, generándose una especie de maldición sobre el portador del dorsal.

Los siguientes en llevar el 1 fueron Casey Stoner y Jorge Lorenzo, dos auténticos pilotazos que nunca consiguieron repetir títulos llevando el número reservado para los campeones. La maldición ya estaba servida hasta tal punto que Stoner fue el último antes de Pecco Bagnaia en llevar el 1 en 2012.

Después del australiano fueron campeones Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Joan Mir y hasta Fabio Quartararo, no abandonando ninguno sus tradicionales dorsales que respondían a los números 93, 99, 36 y 20 respectivamente. El primero en sacar el 1 del ostracismo fue Bagnaia, luciéndolo 11 años después de la última vez que estuvo en los circuitos.

Pecco lo cambió todo

El italiano lo ha mantenido durante dos años hasta que ha perdido el título con un Jorge Martín que tampoco va a rechazar el número, inaugurando una tradición que devuelve una de las grandes costumbres del deporte al motociclismo. El español quiere hacer historia revalidando el título con otro fabricante distinto, algo que hizo Rossi hace dos décadas cuando dejó Honda para enrolarse en Yamaha.

Volviendo al tema del número 1 hay que agradecer a Bagnaia que terminase con una maldición a la que se le había dado muchas vueltas. Una de las habladurías más comunes era que el vigente campeón era incapaz de revalidar título con el 1 en el carenado, como demostraba el hecho de que Mick Doohan fuese el último en conseguirlo y en 1998.

Bagnaia derribó aquella leyenda negra sobre un número 1 que ahora sueña con volver a conquistar. El italiano se tendrá que conformar esta temporada con volver a pilotar con el dorsal número 63 con el que se dio a conocer a todo el mundo y lo hará frente al 93 de su nuevo compañero Marc Márquez. Palabras mayores esta temporada en MotoGP.