NBA
El cambio de norma que puede remover los cimientos de la NBA
La G League está pensando en modificar la forma de lanzar los tiros libres y la regla que durante más de medio siglo la ha regido.
Juego Seguro. +18 Juega con responsabilidad.
Hace tiempo que la NBA busca una manera para que sus partidos sean más dinámicos. La liga de baloncesto hegemónica en el mundo no quiere que las estadísticas ni el número de encuentros se desvirtúe para mantener sus clasificaciones históricas a salvo, por lo que un cambio no es nada sencillo con casi 80 años de historia a sus espaldas.
La competición norteamericana, sin embargo, está muy presionada por unos operadores televisivos que quieren un show más dinámico y de menor duración. En la actualidad, un partido de NBA puede llegar a durar de dos horas y cuarto a casi tres y las cadenas quieren acotarlo a dos horas.
La NBA tiene como banco de pruebas la G League y desde esta temporada la competición está probando un formato que puede cambiar el baloncesto tal y como lo conocemos. La Liga de Desarrollo experimenta con una nueva regla de tiros libres: solo se lanza uno con valor de 1, 2 o 3 puntos, dependiendo de la acción en la que se haya sufrido la falta.
Pero con matices
Eso sí, la NBA excluye esta nueva norma del último cuarto y también de las prórrogas en caso de que las hubiese. Con este planteamiento, la competición espera aligerar esos 15-20 minutos por partido que se pierden en el proceso y ritual de lanzar un tiro libre. De media, un jugador tarda entre lanzar un tiro libre y el siguiente unos 45 segundos.
Además de agilizar el juego, la NBA cree que así pueden adquirir más emoción unos tiros libres que se lanzarán con una presión mayor para los que visiten la línea de personal. No es lo mismo fallar un lanzamiento de un punto que uno de tres puntos. Además, no se desvirtúa en exceso las estadísticas, salvo la de tiros libres intentados y anotados, que quizá no tengan ninguna relevancia histórica.
Sigue sin prohibirse el ‘hack-a-Shaq’ completamente
Una de las cosas que más daño hizo al baloncesto desde los años 90 fue la conocida táctica del ‘hack-a-Shaq’. Esta consistía en hacer faltas a propósito sin balón a malos lanzadores de tiros libres para cortar el ritmo del equipo rival. Shaquille O’Neal fue el abanderado de aquella situación en la que el entrenador rival utilizaba a jugadores residuales para llevar a la línea de personal a un jugador del 50% de acierto.
También fueron víctimas de esta táctica otros ilustres como Dennis Rodman o más recientemente Dwight Howard, DeAndre Jordan o Andre Drummond. Pese a ser una fórmula lícita, la NBA veía como este tipo de juego hacía que sus audiencias se resintiesen, al haber muchos aficionados que odiaban la falta de ritmo que provocaban los tiros libres.
En 2016, la NBA estableció que la técnica del ‘hack-a-Shaq’ no pudiese aplicarse los últimos dos minutos de cada cuarto, estando vigente en 40 de los 48 minutos del encuentro. Ahora quizá esta nueva norma reavive el interés por llevar a los jugadores con peor porcentaje de tiro viendo que sólo tendrán una oportunidad y más presionados para ir a la línea de personal.
Lo que parece evidente es que la NBA tiene interés en satisfacer los intereses comerciales de las televisiones porque vamos hacia un mundo que requiere dinamismo. Ver a un jugador lanzando tiros no es lo más estimulante del mundo para unos aficionados que buscan emociones en todo momento y que, de lo contrario, podrían hacer zapping.