El ciclismo español toca fondo en el Tour de Francia y vuelve a principios de los 80
Nuestro país registra su peor resultado desde 1981 en un Tour de Francia y además nos quedamos a cero en etapas ganadas.

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El ciclismo español vive sus horas más bajas. Atrás quedan aquellos tiempos en los que los nuestros se fotografiaban año sí y año también en lo más alto del podio de los Campos Eliseos con Óscar Pereiro (2006), Alberto Contador (2007 y 2009) y Carlos Sastre siendo los reyes indiscutibles del Tour de Francia.
El ciclismo glorioso de aquellos días entró en declive con las retiradas del mencionado Contador, Alejandro Valverde o ‘Purito’ Rodríguez. Todos ellos pertenecieron a la última gran camada de ciclistas patrios que han competido en Francia. De aquellos días a los actuales hay años luz de distancia, como demuestra que otro año más nos vamos de vacío en la carrera más famosa del mundo de las dos ruedas.
Ni un sólo español ha estado cerca de conseguir un triunfo de etapa en el presente Tour de Francia y el único momento en que un ciclista nacional fue cabeza de carrera fue un Enric Mas que empezó primero la ascensión al Mont Ventoux y que terminó desfondado. El líder del Movistar es quizá el vivo ejemplo de esa decepción permanente en la que parece vivir el ciclismo español.
Irrelevantes en la general
Enric Mas sólo ha terminado uno de los últimos cuatro Tours de Francia y sus prestaciones han distado mucho de aquel joven que en 2020 terminó quinto en la ‘Grande Boucle’. Su rendimiento, como el de otros muchos compatriotas, ha sido un ‘quiero y no puedo de manual’ ante un pelotón que no hace prisiones en esta carrera.
El mejor español clasificado en esta edición ha sido un Cristian Rodríguez que ha finalizado vigésimo de la carrera, a una hora y 36 minutos de Tadej Pogacar. El resultado del ciclista almeriense es el más pobre del ciclismo español en una clasificación general desde 1981, cuando Alberto Fernández Blanco terminó en vigesimoprimera posición de aquella edición.
Es cierto que en 1998 ningún español terminó aquel Tour de Francia, pero fue a causa del ‘escándalo Festina’ que llevó a muchos equipos a abandonar en bloque por esa mancha en el historial de la carrera. España nunca había estado tan abajo en la carrera más seguida del ciclismo mundial y, sin duda, es un síntoma de debilidad complementado por varios hechos.
Tampoco por etapas
España no gana una etapa desde 2023 y el único conjunto español en liza, el Movistar, no ve a uno de los suyos triunfar desde Nairo Quintana en 2019. La preocupación puede acrecentarse todavía más por el hecho de que apenas 10 de los nuestros han tomado parte en la ronda gala, estando muy por detrás de otros países con menos tradición.
El ciclismo español se encuentra en un punto de no retorno porque lo que viene en categorías juveniles tampoco es nada halagüeño. El Tour del Porvenir, la prueba que encumbra a los jóvenes talentos mundiales, no ha sido ganada por un español desde 2015 cuando lo hizo un tremendo Marc Soler que ahora se dedica a trabajar como gregario de lujo para Tadej Pogacar, quien por cierto lo ganó en 2018.
Pese a ser el país más numeroso en equipo continentales, con cuatro de ellos en la llamada ‘Segunda División’ del ciclismo, enEspaña faltan patrocinadores de peso y también creer en nuestro propio talento. El Tour de Francia no ha hecho más que poner en evidencia que hace falta reflexionar y trabajar para que la historia de España en el ciclismo no caiga en el ostracismo.
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