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Las aguas vuelven a su cauce en el mercado de fichajes. Salvo un arreón de última hora, las cinco grandes ligas -la Premier, la Serie A, la Bundesliga, la Ligue 1 y la Liga- serán las que más dinero inviertan en fichajes en este verano de la temporada 2024/25, donde el mayor pelotazo ha sido la firma de Kylian Mbappé como agente libre por el Real Madrid.

La competición que más protagonismo ha perdido respecto al año pasado ha sido la Saudi Pro League, que ha inviertido un cuarta parte de lo que el año pasado se gastaron. Los petrodólares parecen haberse guardado bajo el colchón en este mercado donde el fichaje más caro ha sido Moussa Diaby, por el que el Al-Ittihad ha pagado 60 millones al Aston Villa.

Han llegado al torneo muchos jugadores veteranos europeos esta temporada para firmar su último gran cheque. Clásicos de la Champions League como Nacho Fernández, Pierre-Emerick Aubameyang o Houssem Aouar se han dejado seducir por este oasis que cada vez tiene menos zonas verdes.

En el último verano se criticó que jugadores con potencial para hacer más cosas en Europa como Neymar, Laporte, Henderson o Kanté se marcharon seducidos por el dinero, esta temporada los únicos casos reseñables de jugadores con potencial son el mencionado Diaby y un Joao Cancelo que ha sido anunciado como el fichaje estrella del Al-Hilal por 25 millones de euros.

Una comparación odiosa

En total, el fútbol saudí lleva gastado este verano en fichajes 232 millones de euros por los 977 que alcanzó en la temporada 2023/24, cambiando además de ‘actores’ principales. El segundo equipo que más dinero se ha gastado esta temporada es el Al-Qadisiyah, dirigido por Míchel, con una inversión de 74,2 millones )siendo un recién ascendido).

El grifo de las pérdidas millonarias se ha cortado y especialmente se nota en un Al-Nassr de Cristiano Ronaldo que sólo ha gastado 22,3 millones en refuerzos o en un Al-Hilal de Neymar que sólo se ha gastado los 25 millones en traer a Joao Cancelo. Ambos equipos, eso sí, apenas han registrado ninguna baja de renombre.

El caso chino

Este comportamiento tiene ciertos paralelismos con lo que ocurrió con el fútbol chino y una burbuja que estalló en 2021, dejando a 12 de los 16 clubes que integraban a la liga en bancarrota. El país asiático intentó reclutar a los mejores jugadores del planeta a partir de 2016, sorprendiendo que brasileños como Hulk o Robinho se viesen seducidos por el músculo financiero de la Gran Muralla.

Después de la llegada de estos cracks, otros futbolistas destacados como Oscar, Fellaini, Jackson Martínez, Yannick Carrasco o Paulinho se animaron a emprender la aventura china, terminando la mayoría de ellas abruptamente y sin cobrar todo lo que le prometieron. Muchos acusaron a la pandemia de aquello, pero la realidad es que el grifo estatal se cerró, haciendo que los clubes tuviesen un límite salarial y que justificar gastos.

El espejo del Newcastle

Sobre lo que sucede en Arabia poco o nada ha trascendido en estas semanas. La realidad es que la inversión se ha reducido drásticamente con respecto al verano pasado y que los cuatro equipos que son propiedad de la familia real a través del fondo PIF -Al Ittihad, Al Ahly, Al Nassr y Al Hilal- ya tienen una gestión más contenida.

El otro gran club en control de Arabia Saudí, el Newcastle de la Premier League, ha tenido un verano de lo más tranquilo, habiendo ingresado más dinero en ventas que gastos en fichajes. Las hurracas desembolsaron 68,2 millones en refuerzos y recibieron 76,2 millones en sus ventas. Alguien ha debido poner un poco de cordura entre tanto gasto desmesurado.