El ‘Grand Slam’ que Federer se ha sacado de la manga y es la envidia del mundo del tenis
El suizo fundó en 2017 la Laver Cup sin que muchos creyesen en sus opciones de triunfar. Ocho años después es uno de los torneos más lucrativos y mejor pensados del mundo.

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Todo lo que toca Roger Federer habitualmente se convierte en oro. Y eso que el suizo desafío las leyes de la lógica en el mundo del deporte, cuando en 2017 se le ocurrió crear de la nada un torneo del tenis con unas reglas completamente diferentes a las habituales. Ocho años después, la Laver Cup es uno de los campeonatos más esperados y relevantes del mundo de la raqueta.
Federer tiró de agenda para arrancar este torneo y llamó a sus patrocinadores para que le apoyasen. Rolex, Mercedes y UBS le dieron su confianza con la garantía de que él participaría, siendo ya esto un reclamo más que interesante. Luego el suizo consiguió lo más complicado, que no era otra cosa que convencer al resto de estrellas para que su innovador formato fuese viable.
El ganador de 20 Grand Slams consigue cada año reunir a las mejores raquetas de Europa y del resto del mundo en un evento que dura un fin de semana y por el que grandes capitales mundiales pagan una buena suma de dinero en concepto de canon. San Francisco fue la elegida en 2025 para albergar el campeonato, pero en la lista ya encontramos lugares como Londres, Praga, Chicago, Ginebra o Boston.
La reglas son atractivas
Pese a lo abarrotado del calendario de la ATP, Federer consiguió hacerse un hueco en el mes de septiembre, consiguiendo atraer a los mejores en una idea inspirada en la Ryder Cup de golf. Las normas establecen la participación de seis jugadores que representan a Europa y la misma cantidad en el equipo del resto del mundo.
Los tres mejores del ranking de cada región son invitados automáticamente -justo el lunes después de terminar Roland Garros- y los tres restantes del equipo son elección de los seleccionadores que son dos grandes leyendas del tenis mundial, como Andre Agassi y Yannick Noah. Son ellos los que confeccionan los equipos que jugarán individuales y dobles durante las jornadas del viernes, sábado y domingo de la Laver Cup.
A diferencia de la Copa Davis, el torneo está hábilmente pensado para que haya emoción hasta el domingo. Se juega al mejor de 13 puntos en total, otorgándose un punto por victoria el viernes, dos el sábado y tres el domingo. El nivel de pique entre los tenistas, lógicamente, también va in-crescendo conforme sucede un torneo donde está permitido hablar con el jugador que está en la pista y hasta hacer ‘trash-talking’ en los tiempos muertos.
Disfrutar de esta cercanía entre las mejores raquetas del mundo y verles sin la tensión habitual de los Grand Slam, hace que los aficionados enloquezcan por tener una entrada. Este año, la cancha de los Golden State Warriors -el Chase Center- fue el escenario del evento, consiguiendo colgar el cartel de ‘no hay billetes’ tras recaudar 20 millones de dólares en entradas.
El evento deja alrededor de 50 millones de dólares en la ciudad elegida y genera 450 puestos de trabajo, siendo un filón que Roger Federer montó de la nada. El suizo, pese a no jugar desde 2022, no ha visto que el interés por este evento haya decaído. También su estética propia con la pista negra hace que sea un evento diferente al resto.
Una lección y un futuro proyecto
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El suizo ha visto incrementar el valor de la competición exponencialmente en este tiempo, con la entrada de muchas marcas que no tenían relación con él cuando era jugador como Alipay+, Perplexity, Flexjet o Boss. Federer ha dado una enorme lección a aquellos que creían que no podría hacer algo así un exjugador. El tenis, desde luego, no es para todos, como aprendió en su día Gerard Piqué en su criticada gestión de la Copa Davis.
Ahora el legendario tenista acaba de lanzar un globo sonda sobre la idoneidad de crear un circuito senior, embaucando a su amigo Rafa Nadal. Ya sabemos que todo lo que toda Federer es un éxito, así que para nada es descartable que lo pueda llevar a cabo. “Sé que si llamo a Rafa querrá jugar conmigo de nuevo”. Y todavía muchos no han olvidado aquel 2022 cuando ambos se despidieron llorando juntos en su último partido juntos como doblistas.
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