Heung-min Son, de la noche a la mañana, ha pasado de tener 32 años a 30. El extremo del Tottenham ha visto reducida su edad gracias a que en Corea del Sur ha cambiado la ley a partir de la que se cuenta la edad de la personas. El país ha querido así incorporarse al sistema por el que se mide el resto del mundo tras siglos manteniendo su propia cuenta.

Explicarlo tiene su miga. El gobierno del país tomó esta decisión de cambiar el sistema de conteo de edades debido a los “costos sociales y económicos innecesarios” que generaba el método anterior, según el máximo dirigente del país, Yoon Suk Yeol. El sistema tradicional de Corea del Sur involucraba un método bastante tedioso para determinar la edad.

La conocida como la ‘edad coreana’ comenzaba a contar la edad desde el momento del nacimiento, lo que implicaba que al nacer, ya se tenía un año. Además, cada 1 de enero se sumaba un año a la edad de cada ciudadano, lo que significaba que todos los surcoreanos sumaban años el mismo día, pese a no ser su cumpleaños.

Como ejemplo se puede aplicar a que un niño que nacía el 31 de diciembre automáticamente tenía dos años el 1 de enero del año siguiente, aunque en realidad solo habían pasado dos días.

¿Cuántos años tiene Son?

Heung-min Son nació el 8 de julio de 1992 y en su DNI mundial pone que tiene 30 años, salvo para unos coreanos que hasta la fecha le establecían con 32. Ahora ya tiene 30 en todos sus documentos.

El jugador del Tottenham ha pasado de estar en una edad de declive futbolístico a una de pico de forma teniendo en cuenta los rendimientos habituales en el mundo del balompié.

Sube su cotización

Esta modificación no tendrá enormes consecuencias para el futbolista asiático en cuanto a su carrera, pero sí lo puede tener a niveles de mercado. Al final quitar dos años a un jugador puede mejorar ostensiblemente la valoración de un futbolista. En Transfermarkt, la cotización de los jugadores empieza a decaer precisamente cuando se cumple la treintena.

Son alcanzó su máximo precio en la web especializada cotizaciones en diciembre de 2020 -precisamente con 29 años coreanos- costando su traspaso 90 millones de euros. Actualmente su precio ha decaído hasta los 50 millones de euros, motivado en parte por una ‘mala campaña’ goleadora en la que sólo ha anotado 14 goles, su registro más bajo en el Tottenham desde la temporada 2015-16.

El surcoreano, considerado por muchos como el mejor deportista de todos los tiempos del país, ha labrado su carrera a partir del fanatismo hacia el fútbol impulsado por su padre. El progenitor Son Woong-jung llegó a jugar en la selección de su país y llevó al buen de Heung-min al famoso España-Corea de 2002 donde nuestra selección fue ‘atracada’.

El camino al éxito

Son lo vio desde la grada aplaudiendo a su ídolo, el entonces jugador del Manchester United Park Ji-sung. El extremo se propuso superarle destacando en la academia del FC Seoul. Su juego llamó la atención de varios ojeadores europeos que a la edad de 16 años se lo llevaron a Alemania para jugar en los juveniles del Hamburgo.

En un ambiente totalmente diferente al que acostumbrada, Son aprendió alemán en pocos meses viendo capítulos de Bob Esponja, llegando a hablar el idioma teutón y el inglés antes de la mayoría de edad. El jugador, al mismo, crecía y crecía en sus prestaciones debutando en la Bundesliga con apenas 18 años.

Son fue indiscutible durante dos temporadas en el Hamburgo siendo fichado después por un histórico como el Bayer Leverkusen, donde también estuvo otros dos años. Finalmente, en la 2015-16 dio el salto a un Tottenham donde no ha conseguido ganar ningún título destacado, aunque ha sido una figura fundamental para llevar a los Spurs a la final de la Champions 2018-19 que perdieron contra el Liverpool en Madrid.

Como dato anecdótico, Son evitó tener que hacer los dos años de servicio militar obligatorio en Corea en el año 2020 gracias a sus méritos deportivos. El jugador ganó la medalla de oro en los Juegos Asiáticos de 2018, celebrados en Indonesia, siendo esto considerado un mérito grande dentro del país y evitando otra tradición que posiblemente habría lastrado definitivamente su carrera.

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