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Ser dueño de una franquicia de la NBA está cada vez al alcance de menos personas. Poseer un equipo en la mejor liga de baloncesto del mundo se ha convertido en una inversión de lo más rentable, consiguiendo atraer a todo tipo de empresarios y personalidades, aunque también hay quien acaba de vender y recoger unos jugosos premios.

MJ23, el mejor jugador de baloncesto de la historia, se hizo con la totalidad de los Charlotte Hornets en 2010 por 275 millones. El equipo, uno de los peores de la NBA y bastante ramplón en todo, fue vendido en este 2023 por 3.000 millones de dólares siendo éste un ejemplo de máxima rentabilidad.

¿Qué entidades deportivas han conseguido multiplicar su valor de forma tan extraordinario en los últimos años? La respuesta es ninguna.

Consulta aquí la previa: Miami Heat vs. Chicago Bulls

Si usted entró como inversor en una franquicia NBA al principio del siglo XXI, debe saber que su inversión se ha multiplicado por muchas veces hasta la estratosfera. En el año 2001, las franquicias de la competición tenían un valor medio de 200 millones de dólares.

Este 2024, esa media ha ascendido hasta los 2.480 millones que actualmente cuesta de media una franquicia en la competición.

La norma de la NBA

En mitad de todo este camino hay un hecho importante y es que la NBA ha cortado su política de expansión que inició a finales de los 80 cuando en cuestión de una década amplió la competición de 23 franquicias hasta 29.

Precisamente la número 30 fueron los Charlotte Hornets que recientemente se vendieron y fueron ‘refundados’ en 2004.

En la actualidad ciudades como Las Vegas, México DF o Seattle están más que interesados en hacerse con una franquicia, pese a la existente oposición de los propietarios de los otros equipos, quienes ya no quieren partir en más pedazos la tarta y seguir acumulando beneficios.

De hecho, todo apunta a que en 2030 no habrá una franquicia que valga menos de 5.000 millones de dólares si se sigue en la actual progresión.

La rentabilidad

Es por ello que entrar en la NBA se ha convertido en un negocio que ha llamado poderosamente la atención de los empresarios más populares de Estados Unidos porque su rentabilidad es envidiable. Si tenemos que establecer un punto de inflexión en este increíble ascenso de la valoración de la NBA debemos situar la flecha en la temporada 2015.

Un año antes, las franquicias estaban valoradas en una media de 630 millones de dólares, pero la entrada de nuevos acuerdos televisivos a largo plazo hicieron que los equipos viviesen su año dorado multiplicando la media de valor en apenas 365 días hasta los 1.100 millones.

Desde entonces, la NBA ha subido sin prisa pero sin pausa hasta los actuales 2.480 millones que cuesta de media un equipo.

Pabellones llenos

Además de las superestrellas, uno de los factores más importantes de la maquinaría NBA son los pabellones llenos noche tras noche. La liga confirmó que la temporada regular de la 2023/24 fue la más seguida de la historia metiendo a 22,5 millones de espectadores en total en todas las canchas, superando en 300.000 espectadores la temporada anterior.

Esto se tradujo en la media de público por pabellón más alta de la historia con 18.322 asistentes por partido consiguiendo 872 encuentros con el cartel de ‘no hay billetes’. Los pabellones registraron un 98% de su capacidad siendo la cancha de los Bulls la que más espectadores acogió de media con 20.625, mientras que la de los Hornets fue la que menos con 16.449.