El renacer de Flavio Briatore en la Fórmula 1
El italiano, que estuvo sancionado de por vida sin poder regresar a un Gran Premio, está adquiriendo mucho poder en Alpine.

Juego Seguro. +18 Juega con responsabilidad.
Flavio Briatore ha sido uno de los personajes más famosos de la historia de la Fórmula 1. Convertido en una especie de Don King de las cuatro ruedas, siempre ha representado a los más grandes talentos del motor bajo la premisa de que ganasen a veces sobrepasando las normas. Ese afán le trajo algunos quebraderos de cabeza que casi acaban con su trayectoria en las carreras.
El italiano estuvo en los albores de las exitosas carreras deportivas de Michael Schumacher y Fernando Alonso como jefe y mentor espiritual. A Flavio le entregaron las llaves del equipo Benneton a principios de los 90 y lo primero que hizo fue echar a todo el personal del equipo y fichar al emergente piloto alemán, convirtiéndolo en campeón en 1994 y 1995.
Podía gustarte más o menos el estilo de Briatore, pero había que reconocer que había método en su locura. Flavio hacía sentirse al piloto el más valorado del mundo, no tenía miedo a mancharse las manos si había que probar algo al límite de lo legal y siempre se llevaba muy bien con el poder establecido gracias a sus cenas y fiestas posteriores a las carreras.
De hecho, Briatore fue de los primeros en poner en tela de juicio las normas, al intentar en 1994 comprar como propietario una escudería al mismo tiempo que era director deportivo de otra. El italiano era así, siempre buscaba exprimir la oportunidad y sacarle partido a su favor. La FIA, en ese momento, le paró los pies obligándole a vender de inmediato, pero tomaron nota de que su ambición no se detendría.
Caída y revancha
Tras no poder hacer nada en 1996 para evitar que Schumacher fichase por Ferrari, Benneton culpó a Briatore de aquel fracaso, despidiéndole al término de esa temporada. El italiano tomó nota de aquello y se vengaría. El directivo había desarrollado una gran relación con la escudería Renault, convirtiéndose en su embajador en el ‘paddock’ a través de los motores Mecachrome, que suministraba precisamente para Benetton, British American Racing, Arrows y Williams.
Briatore vendió a los franceses la idea de que las escuderías que estaban recibiendo esos motores no le estaban sacando el máximo partido y que Renault, montando su propia escudería, obtendría mejores resultados. Los galos compraron Bennetton en 2000 y restauraron a Flavio como su capo. Éste borró toda huella del equipo en 2002, pasándose a llamar Renault F1.
Otra vez se repite la historia
Como es bien sabido, el italiano convenció a Fernando Alonso para que se convirtiese en su bastión de este nuevo proyecto, ganando los Mundiales de 2005 y 2006 -haciendo un increíble binomio con el fabricante de neumáticos francés Michelín-. ‘El Nano’, como hizo Schumacher, se marchó en 2007 a un equipo más grande como McLaren, dejando a Briatore en la estacada, aunque con el premio de consolación de ser su agente.
Cuando al asturiano le fue mal en las ‘Flechas Plateadas’, Briatore no dudó en ofrecerle su puesto de regreso, aunque el Renault ya no era tan competitivo como en los años de los Mundiales. Esta situación hizo que Flavio enloqueciese para dar satisfacción a Fernando, hasta el punto de que urdió un plan para que su piloto Nelson Piquet Jr. se estrellase contra el muro en el Gran Premio de Singapur de 2008 y dejar en bandeja el triunfo a Alonso.
Veto y restauración
Aquellos acontecimientos, conocidos como el crash-gate, terminaron con la carrera de Briatore en la Fórmula 1, o eso pensaron los que le sancionaron. Max Mosley, el presidente de la FIA y enemigo confeso de Briatore, le impuso no volver a una carrera nunca jamás ni pertenecer a ningún equipo de F1. Briatore estuvo desde 2009 hasta bien entrado el 2024 con el acceso vetado al ‘paddock’.
El italiano, sin embargo, ha conseguido arreglar las cosas y limpiar su imagen, hasta tal punto que ahora parece erigido en el salvador de Alpine, la sucesora de la escudería Renault. El italiano sabe muchísimo del negocio y su papel de mero ‘asesor’ parece pequeño para lo que puede dar. Por eso, no es de extrañar que ya hayan empezado en Inglaterra los rumores de que a Briatore le quieren volver a dar las llaves de una escudería 15 años después.
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