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JUEGOS OLÍMPICOS

El sueño olímpico frustrado de Sevilla

La ciudad andaluza se presentó en dos ocasiones para albergar los Juegos Olímpicos, pero no consiguió pasar el corte.

El sueño olímpico frustrado de Sevilla

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La exposición universal de 1992 puso en el mapa del mundo a Sevilla. La ciudad andaluza organizó con mucho éxito la conocida como Expo’92 y buscó metas más ambiciosas como albergar unos Juegos Olímpicos. La capital hispalense vio que Barcelona tuvo mucho éxito ese mismo año albergando el evento más importante del Comité Olímpico Internacional y se dijeron “¿por qué no nosotros?”.

Sevilla hizo cosas bien y cosas mal en la presentación de sus candidaturas olímpicas. A partir de 1996 fueron armando una presentación que contaba todos los ingredientes para tener éxito, proyectando incluso la futura creación del estadio olímpico de La Cartuja. Además, el hecho de que el presidente del COI fuese español les daba cierta confianza.

La ciudad contaría con la localidad del Puerto de Santa María (Cádiz) para las pruebas de vela, mientras que el resto de eventos se haría en la ciudad, con los estadios del Sevilla y Betis como grandes escenarios para el fútbol, mientras los Palacios de Exposiciones y Congresos ya construidos de la Expo’92 serían reutilizados en una candidatura que no conllevaba una inversión desmesurada -más allá de tener que culminar el nuevo estadio olímpico-.

Grandes esperanzas... y gran decepción

Sevilla se las prometía muy felices porque en marzo de 1997 ganaron la organización del Mundial de Atletismo de 1999 y en septiembre de ese año se harían las votaciones para ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2004 que, por la rotación continental, tocaban en Europa. La capital andaluza, sorprendentemente, se quedó sin pasar el corte de la primera ronda y quedó descartada junto a ciudades como San Juan (Puerto Rico), Estambul (Turquía), San Petersburgo (Rusia) y Lille (Francia).

Ganó Atenas -que curiosamente albergó el Mundial de Atletismo de 1997- ese envite por delante de Roma y Ciudad del Cabo. Sevilla recibió duras críticas de un Comité Olímpico Internacional que quedó encantado en su visita, pero que creía que la ciudad no era lo suficientemente importante -”de mediana entidad” textualmente- como para merecer ser sede de unos Juegos Olímpicos.

Lejos de tirar la toalla, Sevilla regresó para intentar albergar los Juegos Olímpicos de 2008 sabiendo que la rotación continental les dejaría fuera. Los hispalenses ya tenían terminado el estadio olímpico que habían prometido de la anterior candidatura, habían demostrado capacidad para organizar con éxito los Mundiales de Atletismo de 1999 y además proyectaban la construcción de hasta tres Villas Olímpicas para el evento.

Duras críticas y cese

El COI, sin embargo, hizo un informe demoledor donde les machacaron por las pocas plazas hoteleras -22.000 por las 42.000 mínimas exigidas- y por las carencias en cuanto a transporte público. La candidatura de Sevilla no pasó el primer corte frente a otras con más renombre como Toronto, París o Estambul, recayendo finalmente la edición de los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín.

Sevilla lo quería volver a intentar de cara a 2012, pero se dieron de bruces con que Madrid quería revivir su sueño olímpico tras quedarse a las puertas de ganar los Juegos Olímpicos de 1972. El Comité Olímpico Español se decantó por la capital de España, al tiempo que el Ayuntamiento andaluz de la ciudad anunciaba que no volvería a presentarse hasta pasadas varias décadas tras ver cómo su inversión olímpica no fructificó.

La principal herencia de este sueño olímpico de Sevilla fue el estadio de La Cartuja. Este recinto con capacidad para 65.000 espectadores ha acogido en los últimos años los partidos de la selección española de fútbol. Además fue sede de la Eurocopa 2020 y también acoge con regularidad las finales de la Copa del Rey (como la que ha ganado en 2024 el Athletic Club). El sueño, probablemente, nunca vaya a ser posible en Sevilla.

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