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Pocos niegan que el actual formato de la Supercopa de España tiene su atractivo. Reunir a los dos mejores equipos de la Liga y a los dos finalistas de Copa del Rey en un mismo evento y en mitad de la temporada, ha relanzado a un torneo que antes de su actual reforma representaba un trofeo de menor calado encuadrado en la pretemporada de los ‘grandes’.

Pues bien, seguramente pocos saben que la actual Supercopa tuvo un antecedente en el torneo más largo (y quizá raro) que se haya celebrado en la historia del fútbol español. Hablamos de la Copa Presidente de la Federación Española de Fútbol, que tuvo su puesta de largo en 1941.

4 equipos y 1 sola edición

Este torneo reunía las mismas normas de clasificación que la actual Supercopa, clasificándose para su primera y única edición el Barcelona, el Athletic de Bilbao, el Valencia y el Atlético Aviación, antecesor del actual Atlético de Madrid.

El campeonato se jugó en forma de liguilla con ida y vuelta, debiéndose disputar un total de seis partidos por club entre el 6 de abril y el 4 de mayo de 1941. Este torneo sería el que daría continuidad a la Liga y la Copa del Rey, que semanas antes habían terminado para que no hubiese un parón de casi 4 meses entre una temporada y otra.

Un aplazamiento decisivo

La Copa Presidente FEF, sin embargo, arrancó con mal pie puesto que el primer partido de la primera jornada entre Atlético Aviación y Valencia tuvo que suspenderse por culpa de un Real Madrid que no había conseguido clasificarse para el evento, pero que pintó mucho. Todo tiene una explicación, puesto que en aquella época el taquillaje era muy importante.

Los blancos, antes de que se celebrase el torneo, se habían comprometido con el Valencia a disputar un partido en casa de cada uno para mejorar su economía de cara a la siguiente temporada. El problema que los ché tuvieron fue que debían jugar contra los blancos el día que la Federación había previsto su partido contra el Atlético Aviación, decantándose por no romper el contrato que tenían con el Real Madrid. Además estaba feo que les dejasen ‘tirados’ tras haber ido ellos antes a Mestalla.

La Federación aceptó un aplazamiento de aquel partido, incluso pensando que podría terminar por ahorrárselo. El problema llegó cuando al término de la última jornada de la Copa Presidente los dos equipos mejores clasificados eran Valencia y Atlético.

Rojiblancos y levantinos no se pusieron de acuerdo en las fechas para disputar ese primer duelo aplazado en la capital y que a todos los efectos era una final. Al Valencia le valía con empatar para ser campeón, mientras que al Atlético sólo le valía ganar para llevarse el trofeo.

La resolución

Pasaron los años y los presidentes de Federación, pero el asunto siguió abierto hasta que en 1947 el nuevo máximo mandatario de la Federación, Armando Muñoz Calero, quiso dar carpetazo al torneo que ya duraba seis años. Ordenó que antes de que empezase la Liga ese partido se disputase para dar la dichosa copa, que en su despacho andaba ya polvorienta.

De los futbolistas que tenían que disputar el partido original al que se realizó tiempo después sólo quedaban un total de cinco entre las plantillas de Atlético y Valencia. Los dos entrenadores habían cambiado y hasta los rojiblancos habían abandonado el apellido ‘Aviación’ para ser reconocidos con su actual nombre.

El partido fue un monólogo de principio a fin de los rojiblancos, ganando por 2-0 y cosechando un título que tuvo un valor bastante sentimental porque Muñoz Calero accedería más adelante a la vicepresidencia del Atlético -en la era de Vicente Calderón años después-. Curiosamente, este dirigente que resucitó la Copa Presidente FEF fue el mismo que tomó la decisión sobre el reparto de Di Stéfano entre Real Madrid y Barcelona... y que cambió la historia para bien de los blancos.