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La selección española, vigente campeona del mundo y de Europa, ya sabe que no tendrá una misión sencilla si quiere revalidar su corona mundial. Sergio Scariolo deberá esforzarse de lo lindo para sacar lo mejor de su grupo de confianza en un campeonato mundial que contará con 32 equipos y que se disputará del 25 de agosto al 10 de septiembre en Filipinas, Japón e Indonesia.

España ha quedado encuadrada en el grupo G y jugará en Yakarta, capital de Indonesia, durante la primera fase. El país asiático presenta varias peculiaridades como una humedad alocada, una escasa relevancia en el baloncesto mundial y una cultura multiétnica con el islam como religión predominante.

En este escenario, los pupilos de Scariolo debutarán contra Costa de Marfil el día 26, luego se verán con Brasil el 28 y finalmente con Irán -a quien ya nos encontramos en la fase de grupos del Mundial de 2019- el día 30. En teoría es un grupo asequible, pero las fuerzas están muy igualadas teniendo en cuenta que los tanto africanos como sudamericanos son vigentes subcampeones de sus respectivos continentes, mientras que los persas disfrutan de una rica tradición baloncestística.

Si nos atenemos al ranking de la FIBA, España no debería pasar ningún apuro al inicio. En su condición de número 1 del mismo es muy superior a una Brasil que es la principal amenaza como decimotercera en dicha lista. Irán se presenta en la posición número 22, mientras que Costa de Marfil luce un puesto 42 en el ordenamiento de las selecciones.

Empieza el lío

Los problemas para España pueden llegar en una segunda fase donde se cruzará con los dos mejores equipos del grupo H y donde ya se encuentran selecciones que son mucho más potentes sobre el papel. Francia encabeza un cartel que además cuenta con Canadá, Letonia y Líbano. Técnicamente, galos y canadienses son los más fuertes y son los dos equipos que se clasificarían para la siguiente fase donde se cruzarían con los dos mejores del grupo de España.

Es importante destacar que las victorias de la primera fase se arrastran a la segunda fase y que España se jugaría el pastel sobre el papel con dos selecciones repletas de jugadores de la NBA. Francia tiene actualmente a estrellas como Rudy Gobert o Evan Fournier, aunque lo más atractivo puede ser la participación de un Victor Wembanyama que será número 1 del próximo Draft.

Canadá, por su parte, cuenta con jugadores que son auténticas estrellas de la NBA en sus equipos como Shai Gilgeous-Alexander, Jamal Murray o Andrew Wiggins. Si la Federación del país consigue convencer a sus cabezas de cartel, España puede tener un problema hasta para alcanzar los cuartos de final del torneo.

Y la traca final

Porque para llegar hasta los cuartos de final, únicamente se clasificarán dos del grupo de la segunda fase y, si las quinielas no nos fallan, estos dos boletos se los jugarán España, Francia, Canadá y Brasil. Cualquier mínimo despiste puede suponer que los vigentes campeones tengan que hacer las maletas de forma prematura.

España, que siempre hace los torneos de menos a más, no podrá estar muy confiada tras una temporada NBA en la que los Hernangómez no han tenido protagonismo y donde Ricky Rubio ha estado lejos de su mejor forma tras salir de una lesión grave de rodilla. Pese a todo, el baloncesto FIBA mejora mucho las prestaciones de los nuestros.

Estados Unidos, el otro gran favorito, va por la otra parte del cuadro y sería esquivado como mínimo hasta las semifinales del campeonato. El equipo yankee se medirá desde la fase de grupos a una serie de desafíos exigentes que empiezan con la Grecia de Giannis Antetokounmpo. España no perderá ojo de lo que pase en Filipinas.