El Tour de Francia hace su recorrido más canallita en décadas
La ronda francesa ha optado por una fórmula disruptiva para este 2025 trayendo de vuelta etapas que parecían completamente olvidadas.

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No sólo vale con parecerlo, sino también hay que serlo. El Tour de Francia está decidido a volver a ser la carrera más atractiva del ciclismo internacional y lo hará en este 2025 con 21 etapas donde casi todas guardan trampas, miga y mucha mala leche. ¡Si hasta el tradicional paseo por los Campos Eliseos se ha convertido en una encerrona!
Esto hará más atractivos los pronósticos del Tour de Francia 2025.
La carrera comenzará en Lille este sábado 5, escenario de la Paris Roubaix y donde se subirá hasta una colina con adoquines en homenaje a la mítica prueba. Ya en la segunda etapa, la cosa se pondrá muy complicada con el final en Boulogne-sur-Mer con 800 metros finales al 8,1% de desnivel, que marcarán las primeras diferencias en la general y donde todos los focos señalarán a un Mathieu van der Poel que tiene una oportunidad de oro para vestirse de líder.
La tercera y la cuarta etapa serán terreno para sprinters, pero ojo que van bordeando la costa de Normandía esos días y no hace falta decir que el viento allí es un factor y un aliciente. Cuidado que los abanicos pueden hacer más diferencias que una etapa de montaña y apoyarse en los equipos serán fundamental para los favoritos.
Cosas fuera de guion
Ya en la quinta etapa encontramos una gran anomalía en este Tour de Francia con una contrarreloj de 33 kilómetros llanos, la más larga en una década. Aquí veremos las primeras grandes diferencias entre los favoritos a la victoria y ojo porque las dos siguientes etapas son dos mini-clásicos con más de 5.000 metros de desnivel acumulado entre las dos. La etapa siete destaca por terminar en el icónico Mur-de-Bretagne con una rampa del 16,2%.
El Tour bajará un poco el pistón en las etapas ocho y nueve, siendo éstas las dos principales oportunidades que restarán a los sprinters en la carrera. A partir de la décima, la carrera llega al Macizo Central y habrá muchas trampas para los ciclistas, con recorridos donde no hay un metro de llano.
Empieza la montaña
La carrera aterrizará en los Pirineos en la duodécima etapa con el ascenso final a Hautacam. Esta cumbre será el primer puerto ‘Fuera de Categoría’ que ascenderán los ciclistas en la ronda. Con ese golpetazo en las piernas, al día siguiente afrontará la primera crono-escalada en 30 años en el Tour con la ascensión a Peyragudes en casi 11 kilómetros de recorrido. Y ya para rematar al día siguiente se hará la etapa reina en la cordillera pirenaica con final en las Superbagneres de Luchon, con un desnivel ese día de más de 5.000 metros.
Tras un día idóneo para las fugas en Carcassone, la carrera pondrá rumbo en la etapa 16 a una de las montañas más icónicas del ciclismo y que responde al nombre de Mont Ventoux. Este coloso, de casi 2.000 metros de altura, tiene una longitud de 15,6 kilómetros al 8,7% de desnivel. Es una previa magnífica para introducir la llegada de la carrera a Los Alpes.
El remate final
La etapa 18 será la reina en el macizo más alto de Europa con una etapa sencillamente salvaje con tres puertos ‘Fuera de Categoría’. Glandon, La Madeleine y finalmente el Col de la Loze, donde Pogacar cayó en combate en 2023. Este último puerto es una salvajada con 26,5 kilómetros de longitud al 6,4% de desnivel. En total en esta etapa se ascenderán 5.642 metros.
La etapa 19 y 20 no reúnen la entidad de la anteriormente mencionada, pero quien vaya justo de fuerzas lo pagará y el que esté desesperado por remontar tendrá terreno. Cualquiera de las dos etapas, en una edición anterior del Tour, hubiese podido ser perfectamente la reina, pero en esta ocasión se quedan anuladas ante el día del tridente Glandon, La Madeleine y Col de la Loze.
Y si ya no había habido suficiente leña, en París también la habrá -al adoptar el recorrido olímpico de los Juegos de 2024-. Se subirá Montmartre en tres ocasiones con su kilómetro adoquinado al 5,1% y que seguro va a fraccionar el pelotón en mil pedazos. Veremos si el Tour ya está resuelto para ese momento o si asistiremos a una pérdida traumática en las calles de la capital, como sucedio en 1989 en la ronda que cedió Laurent Fignon ante Greg LeMond.
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