MOTOR
¿Fórmula 1 y MotoGP con el mismo dueño? El ambicioso plan de Liberty Media
La compañía que adquirió la Fórmula 1 en 2016 por 4.400 millones y ahora se plantea hacerse con el control de MotoGP.
Juego Seguro. +18 Juega con responsabilidad.
Liberty Media quiere crear un monopolio, controlando los dos principales campeonatos de motociclismo y automovilismo del mundo. La empresa estadounidense se plantea hacer una oferta formal para adquirir la participación de la empresa de capital riesgo británica Bridgepoint, quien a su vez controla Dorna -la gestora del Mundial de MotoGP hasta 2041- con el 51% del accionariado.
La compañía que actualmente ha multiplicado exponencialmente el valor de la Fórmula 1 quiere hacer lo mismo con MotoGP, a la que esperan planes muy ambiciosos si caen de la mano de Liberty Media.
La empresa norteamericana compró por 4.400 millones el ‘Gran Circo’ allá por 2016 y el año pasado rechazó una oferta de 20.000 millones del fondo soberano saudí para hacerse con la Fórmula 1.
Ahora, Liberty Media, viendo la enorme rentabilidad que ha sacado en la última temporada de Fórmula 1 con un calendario ampliado a 23 Grandes Premios, quiere trasladar esas ideas a un campeonato de MotoGP que ha sido valorado por Bridgepoint por un precio mínimo de 4.000 millones.
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Amazon, Netflix o Disney
La empresa, de hecho, está dispuesta a vender y por eso ha abierto una puja pseudo-pública para ver quién da más ante el interés de otros gigantes.
Entre los interesados en adquirir MotoGP encontramos a Amazon, Netflix y Disney.
Hay que recordar que el paquete de comprar Dorna no vendría sólo con el Mundial de Motociclismo, puesto que también son los gestores de la categoría de Superbikes que cuentan con un importante tirón en Estados Unidos y sobre la que Dorna tiene los derechos de organización en exclusividad hasta 2036.
Lo que han hecho bien la Fórmula 1
Así las cosas, Liberty Media va a tener que preparar un importante cheque y esperar salir vencedor de una puja que se antoja complicada.
El modus operandi de la compañía estadounidense para hacer crecer la Fórmula 1 tiene varias tesis, pero qué duda cabe que la ampliación del calendario, el cobro de importantes cánones a circuitos americanos y árabes y también la venta de los derechos televisivos con ellos mismos produciendo la señal les ha hecho de oro.
Hay que recordar que Liberty no sólo vende el paquete televisivo, sino que también es un gigante en lo referente a la venta de entradas siendo máximo accionista de dos empresas punteras como Ticketmaster y la organizadora de eventos Live Nation.
Entre sus grandes logros, también está el hecho de atraer a más celebrities que nunca a la Fórmula 1, introducir actuaciones musicales antes de las carreras e incluso el hecho de haber creado un himno muy identificativo para los aficionados.
Viendo este modelo de negocio, otros competidores del mercado de los medios de comunicación y entretenimiento están dispuestos a pujar por el Mundial de las dos ruedas.
El principal problema es que quizá no sea tan global como el de Fórmula 1 con una parrilla que cuenta en su máxima categoría con un 75% de los pilotos provenientes de España e Italia y eso puede echar para atrás a algunos.
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Cambios prácticos y un posible veto
Otro asunto es tener los contactos suficientes con los circuitos para generar proyectos interesantes. Liberty Media ha metido en el calendario de la Fórmula 1 varias pruebas semiurbanas en ciudades icónicas de Occidente y Oriente como Las Vegas, Miami o Yeddah.
Este pensamiento podría ser una de sus primeras medidas para un MotoGP que no celebra ninguna carrera ‘callejera’. También, por supuesto, modificarían el calendario para que las dos competiciones jamás coincidiesen en el tiempo como actualmente hacen en seis carreras.
Finalmente, está el asunto de cómo afectaría a las tirantes relaciones que Liberty Media mantiene con la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y que también le haría sentarse con la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) como máximo exponente de un monopolio que le pondría por encima del resto siendo de facto ellos la propia Federación Internacional del mundo del motor.
No es descabellado que ambas federaciones internacionales trabajen juntas para vetar una operación que puede revolucionar los Grandes Premios.