Aston Martin siempre fue una marca que todo el mundo asoció a la conducción deportiva y a la elegancia. Haber sido el coche fetiche de uno de los héroes del cine clásico provocó que los británicos no sintiesen nunca una necesidad real de tener que triunfar en la Fórmula 1 hasta bien entrado el siglo XXI.

Antes de que saliese en 1962 la primera película del agente secreto 007, Aston Martin intentó hacer sus pinitos en la Fórmula 1, dándose de bruces con que no podían competir con otras marcas como Ferrari. La escudería debutó en el Gran Premio de Holanda de 1959 a lomos en un modelo llamado DBR4 cosechando sendas retiradas.

Ese mismo año, Aston Martin conseguiría dos sextos puestos en las carreras de Inglaterra y Portugal augurando que tendrían opciones en el futuro si seguían invirtiendo sus mejores esfuerzos en la Fórmula 1. Curiosamente, los dos pilotos del equipo de Fórmula 1 llevaron a Aston Martin a ganar una prueba icónica del automovilismo como las 24 horas de Le Mans esa temporada pilotando un DBR1.

Ese triunfo dio mucha más fama a Aston Martin que una mera victoria en Fórmula 1 y le valió para que firmar un contrato con Eon Productions para aparecer en la saga cinematográfica con el modelo DB5. La escudería regresó al ‘Gran Circo’ para la temporada de 1960, aunque en esta ocasión sólo cosecharon como mejor resultado un undécimo puesto con el que ponían punto y final a su andadura en la F1 en ese siglo.

Rumores y patrocinio

En 2008, el nombre de Aston Martin para volver a la Fórmula 1 sonó con muchísima fuerza. Había muchos equipos a la venta e incluso de haber querido podrían haber patrocinado el tan recordado título de Brawn GP en 2009. La firma no se lanzó porque no se veían capaces de crear sus propios motores para la competición, una losa que todavía sigue estando presente.

El interés por volver a oírse el nombre de Aston Martin en la Fórmula 1 era evidente y en 2016 alcanzaron un acuerdo con Red Bull para ser su sponsor principal. La escudería energética no recibió ni una sola pieza proveniente del fabricante inglés, quien únicamente pagó por tener su nombre por delante de Red Bull.

Es curioso que en ese tiempo, Red Bull tenía por delante el nombre de Aston Martin como ‘title sponsor’ mientras que realmente estuvo motorizado primero por Renault y posteriormente por Honda. Ambos fabricantes, sin embargo, no aparecían en la denominación del equipo haciendo creer que los coches de las alas eran producto de la fábrica inglesa.

Regreso definitivo

La estrategia para volver a sonar en la Fórmula 1 les debió salir bien, puesto que en 2020 abandonaron a los austríacos para montar -esta vez sí- su propia escudería. Cogiendo la estructura de Racing Point, Aston Martin imitó a la escudería McLaren creando sus propios diseños aerodinámicos, aunque utilizando a un motorista reputado como Mercedes.

El equipo está registrando los mejores resultados de su historia en este 2023 con siete podios hasta la fecha. Aston Martin ambiciona crecer en el futuro intentando luchar por el Mundial de pilotos y constructores. Por lo pronto, han anunciado en este 2023 que se cambian a Honda como motorista a partir de 2026 compartiendo cilindros con Red Bull.

Esta segunda aventura de Aston Martin en la Fórmula 1 ya está siendo más larga y fructífera que la anterior. Resulta curioso que en todo este intervalo de tiempo, el agente 007 no ha dejado de llevar los diseños de la marca ‘verde’ en uno de los acuerdos de patrocinio más exitosos y longevos de toda la historia del cine. ¿Quién sabe si en la próxima película del agente secreto se pone a lomos de un Fórmula 1?

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