Quién pensase que Valentino Rossi iba a estarse quieto y que se iba a jubilar tranquilamente en su rancho tras un cuarto de siglo en las carreras, estaba muy equivocado. El nueve veces campeón del mundo de MotoGP sigue vivito y coleando y con muchos objetivos ambiciosos en su agenda. El último de todos ellos es hacerse un hueco en las 24 horas de Le Mans en 2024.

Rossi ha empezado a competir como piloto oficial de BMW M de cara a perfeccionar un coche que pueda dar guerra en la mítica prueba de la resistencia dentro del mundo del motor. El italiano está buscando un sitio en la categoría GTE con un claro objetivo de asaltar el podio de una prueba icónica para su palmarés y que le devolvería a lo más alto de la cresta de la ola.

Lo cierto es que Valentino, aunque polémico en ocasiones, sigue siendo ídolo en MotoGP. No sólo es el mentor de muchos de los pilotos que hay en la máxima categoría y a los que entrena en su rancho, sino que además es el encargado de llevarles su marca personal y su publicidad. Casi el 60% de las prendas oficiales que se ven en los circuitos pertenecen a la factoría Rossi gracias a la marca VR46, que sigue vendiendo como churros sus prendas pese a estar retirado.

El ‘46′ comercializa las camisetas y demás productos de merchandising del vigente campeón del mundo Pecco Bagnaia, del piloto de Yamaha Franco Morbidelli, así como las de los prometedores Luca Marini y Marco Bezzecchi. Precisamente, estos dos últimos son sus pilotos en el Mundial de MotoGP, donde compiten bajo el nombre de Mooney VR46 Racing Team y un motor Ducati.

El Mundial, un objetivo

Bezzecchi es segundo del Mundial tras Bagnaia, mientras que Marini es sexto. Así las cosas, el equipo de Rossi es actualmente el líder en constructores del Mundial de MotoGP, cuando hace dos temporadas ni existían como estructura de la máxima categoría. El trabajo de ‘Il Doctore’ está siendo sobresaliente en este aspecto y más viendo que sus cachorros son los que pueden impedir que Marc Márquez le iguale en títulos mundiales.

Rossi emprendió su carrera como empresario desde que estaba en las pistas y actualmente da trabajo a casi un centenar de personas en su Tavullia natal. Allí se sitúa el rancho donde las estrellas de MotoGP van a entrenar y divertirse. No en vano, la finca la componen dos edificios de 1.100 metros cuadrados, donde Rossi ha creado un resort privado de ocio en el que está colgado permanentemente el cartel de no hay habitaciones.

A escasos metros de su rancho, también encontramos otros negocios como la exitosa pizzeria Da Rossi o dos agencias inmobiliarias a su nombre. El italiano, no contento con ello, ha querido invertir en el metaverso y en vender NFT de productos exclusivos con un éxito abrumador en su país. Hay mucho coleccionista en el mundo del motor y Rossi ha olido el negocio como nadie.

Una fortuna impresionante

Rossi sigue siendo un imán para las marcas y prueba de ello es que la bebida energética Monster o el llamado Bizum italiano ‘Mooney’ le mantienen sus patrocinios millonarios después de haber colgado el casco. Valentino tendría una fortuna estimada de 150 millones de euros según la revista Forbes.

Lejos de pensar en una retirada con esa fortuna en el banco, Rossi quiere seguir ampliando su legado en el mundo del motor. Fue padre por primera vez en 2022 de una niña llamada Giulietta, fruto de su relación con la modelo Francesca Sofía Novello, 15 años menor que el legendario piloto. Sus chicas, sin embargo, no han impedido al bueno de Vale pensar en sus siguientes objetivos dentro de los circuitos: las 24 horas de Le Mans y ganar el Mundial de MotoGP con sus cachorros.

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