TENIS
La pista de la Copa Davis, en contra de Nadal y España
Dura y techada, no parece la mejor opción para las opciones de nuestros tenistas. Sin embargo, hay un secreto que puede cambiar nuestra suerte.
España debuta este martes en la fase final de la Copa Davis ante Países Bajos en una cancha que poco o nada le beneficia. Se trata de una pista dura y techada, que hará más complicado el sueño de Rafa Nadal de retirarse por todo lo alto, con el que sería su sexto título en el torneo de selecciones más importante del tenis.
La ITF (Federación Internacional de Tenis) estableció esta pista como estándar desde que cambió el formato de la Copa Davis allá por 2018. Antiguamente, las eliminatorias de la Davis se jugaban en la superficie que el país anfitrión del evento elegía y, si España hubiese podido en esta ocasión, no cabe duda de que la tierra batida hubiese sido la seleccionada.
Los españoles, sin embargo, tienen un as bajo la manga, puesto que ganaron en esta misma superficie la Copa Davis de 2019 que se celebró en la Caja Mágica de Madrid y con Rafa Nadal a la cabeza de aquel triunfo. Han pasado cinco años desde aquello y, si bien no es una superficie que adapte como un guante al manacorense, es cierto que sabe rendir cuando la épica lo requiere.
En manos de un español
En 2022, Nadal consiguió en ese mismo tipo de tapete la remontada más épica de su carrera deportiva en el Open de Australia, ganando la final a Daniil Medvedev en cinco sets en una pista que diseña una empresa española. Sí, como lo oyen, el tapete donde España se jugará la Copa Davis de 2024 está gestionada por Javier Sánchez Vicario, hermano de Arantxa y Emilio, y que es el dueño de GreenSet.
Esta compañía es la encargada de montar las pistas duras de Grand Slams como el Open de Australia y torneos tan ilustres como Basilea, París-Bercy, las Next Gen Finals y también las ATP Finals. Basándonos en la experiencia del equipo español en su presencia en las ATP Finals o en Paris-Bercy, quizá el resultado no sea de lo más halagüeño, pero los precedentes de Nadal en las circunstancias antes mencionadas pueden darnos un buen espaldarazo.
El caso es que la velocidad de la bola será primordial y tanto la altura de Málaga como el hecho de que el torneo se juegue techado pueden ralentizarla, incrementando levemente las opciones de España. La cosa, sin embargo, sigue estando muy complicada para un equipo rojo que, antes de nada, debe decidir si hará competir a Nadal en todos los encuentros visto que se desfondó en la cita olímpica en París.
La decisión
“Si no me veo listo, seré el primero en decírselo al capitán”, aseguró Nadal tras sus primeros entrenamientos en Málaga, lo que abre la puerta que otros jugadores más en forma puedan hacerse con un puesto. Todos los focos señalan hacia un Roberto Bautista, que recientemente ganó el ATP 250 de Amberes en una pista dura similar a la del Martín Carpena.
Nadal, si finalmente juega en individuales, se mediría con un Botic van de Zandschulp al que ganó en los dos enfrentamientos que han tenido y que datan de 2022. El manacorense tumbó al tulipán tanto en Roland Garros como en Wimbledon, no cediendo ningún set recordándole unas sensaciones más que positivas.
La presencia de Rafa depende de un David Ferrer que tiene confianza plena en su excompañero de fatigas. No en vano, ambos saborearon juntos las mieles de la victoria en la Copa Davis tanto en 2009 como en 2011, siendo los dos los jugadores titulares de aquellas eliminatorias. Veremos cómo discurren las cosas en Málaga, pero la pista no es una ventaja para España.