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Un año más la Premier League es la liga más activa en el mercado de fichajes, siendo de largo la que más gasta en incorporaciones. Los clubes ingleses ya han superado los 2.000 millones en transferencias y llama poderosamente la atención el discreto rol que ha adquirido el actual campeón y dominador de la competición, el Manchester City.

El equipo dirigido por Pep Guardiola ha protagonizado un verano de lo más contenido en lo que a gastos se refiere, presentando por primera vez desde que el catalán dirige el club un balance donde ha habido más ingresos por ventas que gastos en fichajes. Ver para creer.

Después de gastar en el verano de 2023 un montante de 260 millones de euros, el equipo citizen se ha tomado un receso -desembolsado esta temporada solamente por un jugador que ya era propiedad suya en el fondo-. Pagaron 25 millones al Troyes -también propiedad del City Group- para hacerse con el sensacional extremo que despuntó la pasada temporada en el Girona.

Pocos movimientos

Cualquier podría pensar que el Manchester City ha hecho grandes esfuerzos en atraer a jugadores libres, pero el único que ha llegado es un Ilkay Gundogan, que fue un regalo del Barcelona para poder hacer espacio salarial para inscribir a Dani Olmo. El futbolista alemán es un refuerzo de lujo para un Guardiola, que ha tenido que hacer frente a bajas bastantes importantes.

El club ha realizado cinco ventas, recibiendo 141 millones de euros y presentando un balance a pocas horas del final del mercado de 116 millones de beneficio. El City, acostumbrado a ir a pérdidas durante la última década, parece haber cambiado por completo su enfoque con los fichajes tras haber ganado la Champions de 2023.

No les duele vender ni a sus rivales

A diferencia de otros clubes que se aferran a sus futbolistas y que les impiden salir hasta que expira su contrato -como es el caso del PSG-, el City tiene un enfoque de equipo vendedor cuando sus jugadores piden marcharse. En el último lustro, el club ha vendido con éxito a algunas estrellas que luego han hecho carrera lejos del abrigo de Guardiola.

Todo empezó con la venta de Leroy Sané al Bayern de Múnich en el verano de 2021 por 49 millones de euros. El alemán es actualmente uno de los puntales del equipo bávaro. A él le seguiría el siguiente invierno un Ferran por el que se dejó el Barça 55 millones de euros.

Luego llegarían las ventas de Raheem Sterling al Chelsea y de Gabriel Jesús al Arsenal, regando a las arcas del City con más de 100 millones por ambos. El club siguió con su tradición vendiendo el pasado verano a dos titularísimos como Laporte y Mahrez al fútbol árabe, consiguiendo también una generosa suma de 62,5 millones por ambos.

Guardiola siempre consiguió que tras esas ventas llegasen refuerzos, pero este año sorprende que no haya habido ningún movimiento de entrada importante. Veremos si los citizens ya tienen la barriga llena y no quieren invertir más... o es que no hay nada que atraiga al bueno de Pep en este mercado de fichajes.