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La actual baja de Rafael Nadal en el circuito podría extenderse hasta un año. El último partido del balear data de mediados de enero, cuando perdió en segunda ronda de Australia contra Mackenzie McDonald en un duelo en el que jugó lesionado. Ese problema muscular, en el psoas ilíaco, le ha tenido fuera desde entonces, obligándole a perderse la gira americana de cemento, la de tierra batida europea y su preciado Roland Garros.

Ahora, se tomará unas vacaciones indefinidas y volverá cuando se sienta preparado. Una de las opciones que ha dado es la Copa Davis, que se disputará en Málaga en noviembre, pero no se descarta que su retorno no se produzca hasta 2024, el que apunta a ser el último año de su carrera deportiva.

Sea como sea, esta va a ser la ausencia más prolongada de Nadal en el circuito.

Pie, rodilla, abdominal...

Su primera baja de gravedad se produjo en 2004, cuando comenzó a atormentarle el pie izquierdo y se quedó sin poder debutar en Roland Garros. Estuvo ‘out’ durante tres meses, entre abril y julio.

El pie le siguió dando problemas la temporada siguiente, la de 2005, cuando se produjo su verdadero despegue y conquistó su primer Roland Garros. A finales de año, el pie izquierdo le obligó a parar nueve meses y no pudo participar ni en la Copa de Maestros ni en el Abierto de Australia en 2006.

Fue bastante dolorosa la ausencia de 2009, tres meses sin competir tras la derrota en París. Una tendinitis en la rodilla le apartó de defender Wimbledon.

Muchos problemas, pero siempre títulos

En 2012 llegó uno de los grandes ‘shocks’, se rompió el tendón de la rodila derecha tras perder en la segunda ronda de Wimbledon, una de las derrotas más sorprendentes de la historia, y su baja se extendió durante siete meses. Reapareció en Viña del Mar en 2013.

En 2016 cerró su temporada en octubre, sin disputar la Copa de Maestros ni el Masters de París por una lesión en la rodilla. Estuvo unos meses sin competir y volvió con más fuerzas que nunca para un 2017 de lujo en el que conquistó Roland Garros y el US Open.

El 2018 fue un año bastante accidentado y tuvo problemas de cadera tras Australia que le dejó ko hasta la gira de arcilla, mientras que una rotura abdominal en el US Open terminó con su temporada.

Tampoco fue sencillo 2021, donde retornaron los problemas en el pie y apenas jugó entre Roland Garros y final de año. En total estuvo prácticamente siete meses sin jugar.

La última gran ausencia corresponde al año pasado, cuando se fisuró una costilla en la final de Indian Wells y estuvo algo más de dos meses sin competir. Una lesión abdominal en los cuartos de final de Wimbledon trastocó los planes de final de año.