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La gente está indudablemente con ganas de NBA. La mejor competición de baloncesto del mundo vive comprimida en nueve meses del calendario, en los que se disputa el In-Season Tournament, el All-Star, la temporada regular y los Play-Offs para un total de 100 partidos.

¿Hasta 5 meses de vacaciones?

Para afrontar un reto tan grande en tan poco tiempo, la liga norteamericana concede ese mínimo de tres meses a los equipos que han llegado hasta la final de su competición y ese tiempo se incrementa, por ejemplo, para las franquicias que se quedan sin jugar los Play-Offs, quienes habitualmente disponen de hasta cinco meses para descansar o reestructurarse.

Durante estos grandes parones, las estrellas de la NBA suelen aprovechar para pasar por ‘chapa y pintura’, sometiéndose muchos de ellos a cirugías para regenerar su cuerpo de cara a otra temporada; otros, sin embargo, se toman unas largas vacaciones; mientras que una parte cada vez más grande decide acudir a la llamada de su selección nacional.

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El pacto de no agresión

El hecho es que las franquicias de la NBA tiene prohibido usar su imagen durante esos tres meses por un pacto existente entre las otras grandes ligas del deportes norteamericano: NFL (Fútbol americano), MLB (Beisbol) y NBA (Baloncesto). Cada una de ellas tiene su gran momento en el calendario reservado y no debe haber ninguna otra liga que lo eclipse con su actividad.

Así las cosas, el gran momento del béisbol en la temporada llega con la disputa de las Series Mundiales -que suelen terminar a finales de octubre-, coincidiendo con el inicio de la NBA. La temporada en el deporte del bate comienza a finales de marzo o principios de abril, cuando concluye la temporada regular de la NBA, en lo que es un pacto de no agresión en toda regla.

Con el fútbol americano ocurre tres cuartos de lo mismo, la NFL comienza a principios de septiembre cada año y se prolonga hasta la primera semana del mes de febrero con la celebración de la SuperBowl. El partido por el título se celebra una semana antes del All-Star de la NBA y así ningún evento se eclipsa, permitiendo a los aficionados disfrutar de ambos.

La única gran liga que está fuera de este pacto de no agresión para no dividir las audiencias es la NHL de hockey sobre hielo, aunque hay trampa. Al compartir pabellón casi todos los equipos de la competición con los NBA, les compensa estar en las mismas fechas por aquello de ahorrar costes. Así la última Stanley Cup que puso fin a la competición de los patines terminó dos días después de la NBA que proclamó campeón a los Boston Celtics.

La NBA sigue haciendo cosas

El parón realmente no viene mal a una NBA que, pese a no haber actividad en la cancha, sí que registra mucho movimiento en los despachos con la celebración del sorteo del Draft a finales de junio y los fichajes de agentes libres a partir del mes de julio.

Los jugadores vuelven a entrenarse con sus franquicias en el mes de septiembre a través de una exigente pretemporada, que luego suele traer consigo una gira internacional. Las grandes estrellas del baloncesto disponen de un descanso envidiable en comparación de otros deportes y quizá por ello sus carreras pueden ser más longevas.