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El Olympique de Lyon no se da por vencido. Después de que la Dirección Nacional de Control y Gestión del fútbol francés (DNCG) decretase el pasado 15 de noviembre su descenso a la Ligue 2 por sus problemas económicos, el club continúa como si nada compitiendo en la Europa League y también estando en puestos europeos en su liga doméstica.

Además de un descenso a Segunda División, la DNCG decretó que el Lyon tenía prohibido gastarse un céntimo en este mercado de fichajes en busca de refuerzos. El club, al pertenecer a un conglomerado de equipos del empresario John Textor, ha hecho ingeniería financiera con la multipropiedad, consiguiendo refuerzos provenientes de otros equipos del grupo a coste cero.

El Botafogo brasileño, el Crystal Palace inglés o el Molenbeek belga son también propiedad del empresario estadounidense, quien está haciendo peripecias para mejorar las cuentas de un Lyon acusado de deber 423,3 millones a clubes terceros. Por lo pronto, el Lyon ha incorporado vía cesión a dos jugadores del Botafogo como Almada y Luiz Henrique... y al mismo tiempo han vendido a este club a un Jeffinho por el que han sacado 5,3 millones.

El club acaba de fracasar en su apelación ante la Federación Francesa de Fútbol (FFF) para poder gastar dinero en el mercado invernal, pero no pierde la esperanza con su recurso para evitar un descenso que consideran injusto. El dueño se ha comprometido a dejar la deuda casi a cero este mismo verano.

Un plan de choque

¿Pero cómo un club con 236,7 millones de valor en Transfermarkt puede pagar ese montaña de deudas? Según las estimaciones de John Textor, la deuda se va a subsanar con la venta de su parte del accionariado del Crystal Palace reportándole 200 millones, más la salida a bolsa americana del grupo Eagle Football Club, consiguiendo otros 100 millones más y finalmente 55 millones de las ventas de jugadores del Lyon.

El club, que siempre ha sido un caladero de jóvenes estrellas, ha conseguido ese tercer objetivo para empezar a dar señales de saneamiento, pero quedan las otras dos patas de este complicado puzzle. El Lyon es uno de los más reconocibles de la Ligue 1 con siete títulos y hasta hace nada un fijo en las Champions League.

La no clasificación para la máxima competición europea desde la temporada 2019/20 -cuando alcanzaron las semifinales- ha minado las cuentas de la entidad en un caso que tiene ciertos paralelismos con el Sevilla y otros clubes que dependían y mucho de sus ingresos por la Champions League.

No quieren repetir caso

El caso es que el Lyon quiere evitar convertirse en un Girondins de Burdeos que actualmente juega en la cuarta categoría del fútbol francés. El club, seis veces campeón de la Ligue 1, también se fue por el sumidero por sus problemas económicos que le impidieron hacer frente a una deuda de 42 millones. Actualmente, pelea por ascender con un icono del fútbol inglés como Andy Carroll como comandante.

Visto así, el Lyon lo tiene bastante complicado para salvar el pellejo de aquí a final de temporada. El equipo fue adquirido por John Textor en diciembre de 2022 a cambio 327,3 millones de euros. El club busca soluciones a una crisis que ellos mismos se han generado. Desde que llegó el empresario el equipo se ha gastado la friolera de 254 millones en incorporaciones. Ni el PSG ha alcanzado esas cantidades que ahora se vuelven en su contra.