Los 4 espejos que miran los Indiana Pacers para ganar la NBA
El conjunto dirigido por Rick Carlisle puede hacer historia en la madrugada del domingo al lunes, cuando tratará de ganar el primer anillo en la historia de la franquicia. Las Finales ante Oklahoma están empatadas, 3-3.

Juego Seguro. +18 Juega con responsabilidad.
En octubre, los Celtics, junto con los Thunder, eran los principales favoritos al título, ciertamente desmarcados del resto. Indiana ni siquiera figuraba en el segundo escalón de candidatos, y eso que había llegado hasta las Finales de Conferencia en 2024.
Los Pacers no estaban en ninguna quiniela. Tampoco hace un par de meses cuando arrancaron los playoffs. Eran un equipo incómodo, con un ritmo de juego veloz y un gran cerebro en los banquillos como Rick Carlisle, aunque, a priori, sin madera de campeón.
En primera ronda, eliminaron a unos mermados Milwaukee Bucks, que no pudieron contar con Damian Lillard, y en semifinales se convirtieron en los verdugos de Cleveland, el mejor equipo del Este durante la fase regular. La cosa iba en serio. En sus segundas Finales de Conferencia consecutivas, Indiana se impuso en seis partidos a los New York Knicks, y se citó con Oklahoma en la batalla por el anillo, el mismo que se les escapó en el año 2000 contra los Lakers.
OKC llegaba a estas Finales con ventaja de campo, pero los Pacers se lo arrebataron en el primer partido. Oklahoma lo recuperó en el cuarto. Los dos equipos ganaron sus respectivos encuentros como local en el quinto y sexto envite, así que todo está en el aire para el conmovedor Game 7 que viviremos este lunes, a partir de las dos de la madrugada.
Para salir campeón, el conjunto de Indianápolis tiene que ganar un séptimo partido de las Finales de la NBA a domicilio, algo que solo ha sucedido 4 veces en la historia de la competición. ¿Cuáles son los espejos a los que se tienen que mirar los Pacers?
Boston (x2), Washington y Cleveland
Las 8 primeras veces que la final de la mejor liga de baloncesto del mundo se fue hasta el último encuentro, acabó ganando el equipo local. Hasta que a la novena fue la vencida.
1969
Era la primera temporada de la NBA con 14 equipos. Y las Finales fueron todo un clásico. Boston contra Los Ángeles. No hubo ni una sola victoria visitante en los seis primeros partidos, y el séptimo se disputaba en The Forum (Inglewood, California). Los Celtics se impusieron por 106-108, a pesar de los 42 puntos de Jerry West y los 27 rebotes de Wilt Chamberlain.
Boston se convirtió en la primera franquicia de la historia de la liga que remontaba un 2-0 en las Finales, y seguía sin conocer la derrota en playoffs ante los Lakers, que ya habían sucumbido en 1959, 1962, 1963, 1965, 1966 y 1968.
1974
Cinco años más tarde, volvió a repetirse la historia, de nuevo con los Celtics como protagonistas. Su rival en esta ocasión fueron los Milwaukee Bucks, que en aquella época formaban parte de la Conferencia Oeste.
Ninguno consiguió ganar dos partidos seguidos en estas Finales. Los ciervos se habían impuesto en el sexto, pero cayeron en el definitivo, disputado en Wisconsin, por 87-102. Dave Cowens, con 28 puntos y 14 rebotes, fue el más destacado de un partido que llegó con emoción al último cuarto, con apenas cinco puntos de ventaja para Boston, aunque los verdes supieron controlar el marcador en la recta final.
1978
Tal vez, este sea el espejo más importante de todos. Hace 47 años, los Seattle SuperSonics -ahora Oklahoma City Thunder tras su mudanza en 2008- perdieron el séptimo partido de las Finales en casa ante los Washington Bullets, 99-105.
Antes, en el sexto encuentro, Washington había ganado por 117-82. Esa diferencia de +35 era la más amplia jamás registrada por aquel entonces en unas Finales de la NBA, si bien el récord duró veinte años, hasta que lo pulverizaron los Bulls (+52 ante Utah).
Recordemos que Indiana viene de ganar holgadamente el sexto partido, con rentas de +30 en el tercer cuarto, aunque Oklahoma lo maquilló al final y lo dejó en un +17.
2016
Es el ejemplo más reciente. Recordado por todo el mundo. Los Golden State Warriors, que habían acabado la temporada regular con un balance de 73-9, dominaban las Finales por 3-1, pero sufrieron un inimaginable colapso ante los Cleveland Cavaliers.
Perdieron el quinto encuentro por 97-112 y el sexto por 115-101. Con la posibilidad de convertirse en el primer equipo en la historia de la NBA que remontaba ese déficit en unas Finales, los Cavs vencieron en el séptimo, 89-93, con el mítico tapón de LeBron James sobre Andre Iguodala a falta de dos minutos para el final como imagen icónica. Así conquistaron el primer anillo de la franquicia, curiosamente, el mismo objetivo que persiguen en estos momentos los Indiana Pacers.
¿Podrán los Pacers ser el quinto equipo en conseguirlo?
Jugar en Oklahoma es una historia bien distinta. Los Pacers ganaron el primer partido allí gracias al enésimo milagro, pero cayeron en sus dos siguientes visitas al Paycom Center por dobles dígitos, a merced de una defensa asfixiante por parte de OKC, que está encajando una media de 101,3 puntos como local en estos playoffs.
Cuidar el balón será clave para los dos conjuntos. En los últimos cinco encuentros de estas Finales, el equipo que menos pérdidas cometió fue quien acabó llevándose el triunfo.
En cuanto a nombres propios, Tyrese Haliburton afrontó el sexto partido con una distensión en el gemelo derecho, pero aun así anotó 14 puntos y firmó un 3/7 en triples en apenas 23 minutos. Mientras, la superestrella de Oklahoma City Thunder, Shai Gilgeous-Alexander, votado como MVP de la fase regular, lleva sin meter un triple desde el cuarto choque de la serie y los 21 puntos que firmó el jueves fueron su peor registro en casi un mes.
Los Pacers no son favoritos en los pronósticos, pero este séptimo y definitivo partido está completamente abierto. El anillo de campeón para Indiana se paga a 3.2.
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