TENIS
Los 7 torneos de tenis más antiguos del mundo
El tenis es uno de los deportes con más tradición albergando grandes torneos desde finales del siglo XIX
A la hora de hablar de deportes decanos, el tenis aparece como uno de los más veteranos del panorama mundial.
Fundado en el siglo XII en Francia bajo la denominación de ‘le Paume’ -juego de palmas en castellano muy parecido a la pelota vasca-, evolucionó durante los siguientes siglos, dejando a un lado las manos para utilizar las raquetas que actualmente son las mejores aliadas de los tenistas.
El juego se popularizó durante el siglo XIX, siendo la hierba natural la superficie predominante en la época y de ahí que los primeros torneos se celebrasen en este terreno.
Curiosamente, el verde es ahora el torneo con menos representación en todo el calendario de la ATP con apenas media docena de eventos.
A continuación, queremos repasar algunos de los torneos más antiguos del tenis:
1) Wimbledon (1877)
El torneo de hierba londinense es el más antiguo de todo el calendario mundial de tenis.
Con múltiples peculiaridades -como vestir completamente de blanco o repartir toneladas de fresas entre sus asistentes-, este Grand Slam culmina las cinco semanas que dura la temporada actual de hierba.
Ganarlo cambia la carrera deportiva de cualquier tenista.
2) Abierto de Canadá (1881)
Se trata en la actualidad de un torneo que es preparatorio para el US Open, pero que en su momento fue uno de los más modernos del mundo.
Como todos los torneos de la época, sólo tenía cuadro masculino, pero apenas tardó 11 años en permitir a las mujeres competir, siendo un pionero en este sentido.
También fue el primero que se celebró sobre tierra batida, superficie sobre la que se disputó durante 98 años.
3) US Open (1881)
Otro Grand Slam, aunque a diferencia de Wimbledon no mantiene su esencia ni localización inicial.
Su primera edición se celebró en la hierba de Newport en Rhode Island, a poco menos de 300 kilómetros al noreste de su ubicación actual.
Actualmente se disputa en superficie dura y es el último de los ‘grandes’ del calendario, aunque el que más dinero entrega en premios.
4) Abierto de Francia (1891)
Sí, estamos hablando de Roland Garros, pero no recibió este nombre hasta 1928, cuando se decidió ponerlo en homenaje a un aviador muerto en la Primera Guerra Mundial.
El torneo ha cambiado hasta en seis ocasiones de ubicación hasta asentarse en la mítica pista de la Philippe Chatrier.
Siempre se ha celebrado sobre tierra batida y es uno de los monumentos del deporte francés junto con el Tour de Francia y las 24 Horas de Le Mans.
5) Abierto de Hamburgo (1892)
Este torneo alemán es conocido como el torneo de los coches. Además de los premios económicos, los tenistas se han llevado como incentivo un automóvil de lujo desde los años 30.
Fue muy relevante en el circuito de la ATP hasta 2009, cuando perdió su condición de torneo de categoría 1.000 para caer a 500.
Pese a ello, sigue reuniendo a grandes estrellas porque su colocación en el calendario entre Wimbledon y el inicio de la gira previa al US Open permite a muchos tenistas salvar su temporada.
6) Montecarlo (1897)
El torneo más glamuroso del calendario reúne una serie de peculiaridades como que no se disputa en el Principado, sino en la comuna francesa de Roquebrune-Cap-Martin, en plena frontera francesa.
Es el único Masters 1.000 en el que los tenistas pueden ausentarse sin tener que dar un parte médico, en parte por la falta de pistas que hacen que las invitaciones al torneo sean muy limitadas.
En un futuro deberán cambiar esto o perderán su categoría en la élite.
7) Masters de Cincinnati (1899)
Siempre a la sombra del US Open, este evento destacó por ser el primer torneo no Grand Slam que funcionaba con tres pistas permanentes.
Llama poderosamente la atención que este evento tuvo inicialmente pistas de hierba para en 1903 pasarse a la tierra batida y 70 años después asentarse en la actual superficie dura de cemento.
Actualmente es uno de los fijos en el calendario de los Masters 1.000 de la ATP.
Bonus track: Copa Davis (1900)
No es propiamente un torneo, pero es la competición más famosa de selecciones del mundo del tenis.
Ideada inicialmente como un cara a cara entre Gran Bretaña y Estados Unidos, fue admitiendo más y más federaciones como Francia o Australia -curiosamente los organizadores de los Grand Slams- para convertirse en un torneo global.
Hasta 1972, el país ganador de la edición anterior se clasificaba directamente para la final del evento.