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Mientras todo el universo baloncestístico miraba a París durante el último mes, Luka Doncic se tiraba 50 días sin pisar una cancha. El esloveno tuvo la temporada más dura de su carrera deportiva tras llevar a Dallas Mavericks a las finales de la NBA y luego tener que jugar pocos días en Atenas el Preolímpico.

Doncic no consiguió clasificar a Eslovenia para los Juegos Olímpicos de París, cayendo por 96-68 ante la anfitriona Grecia. Los excampeones de Europa en 2017 recibieron una paliza sin paliativos en la que Luka firmó únicamente 21 puntos en el partido de semifinales, quedándose consiguientemente sin un billete para el evento olímpico.

Después de ese partido, que se disputó el 7 de julio, Doncic se marchó de vacaciones con su esposa Anamaria Goltes y con su pequeña hija, alternando el mar y la montaña en Eslovenia. El base ha disfrutado de unos días de máxima tranquilidad y la única foto que ha compartido lejos de sus compromisos publicitarios con Jordan ha sido una sosteniendo a su hija en un puerto deportivo.

El jugador ha querido alejarse de todos los focos en un verano en el que todos sus rivales estaban batiéndose en duelo en París. Curry, LeBron, Tatum, Jokic, Wemby y un largo etcétera compitieron por obtener una medalla de oro que terminó en manos de los norteamericanos.

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La reaparición

Precisamente, Doncic pudo hablar de los Juegos Olímpicos con algunos de los protagonistas del evento en el partido de despedida de Goran Dragic. ‘El Dragón’ colgaba las botas y convocó en Ljubliana a algunos de los mejores jugadores del mundo como el propio Jokic, Steve Nash, Dirk Nowitzki, Chris Bosh, Luis Scola o Dejan Bodiroga.

El bueno de Luka jugó el encuentro como asistente de lujo entre tanta superestrella haciendo las delicias del público, pero no mostrando para nada su verdadero potencial. Al fin y al cabo, era un partido de exhibición para despedir a su amigo y mentor Dragic, aunque algo quedó bien patente para todo el público: estaba bastante más fino de lo esperado.

Como todo el mundo sabe, la postemporada hace que los jugadores descuiden un poco su preparación física y muchos podrían esperarlo de un Doncic que no ha tenido que disputar ningún partido en casi dos meses. El esloveno, sin embargo, sorprendió con un estado físico envidiable en su reaparición pública en Ljubliana. Hasta Jokic bromeaba con su finura a estas alturas de verano.

Doncic quiere más

Tras firmar una más que meritoria temporada con Dallas Mavericks -llevándoles a la final de la NBA-, Doncic espera que 2025 sea su año definitivo. Entre sus objetivos se encuentra conseguir su primer anillo de campeón de la NBA y también estrenar su palmarés como MVP, después de hacer unas estadísticas muy impresionantes en los últimos años sin premio.

En la temporada 2023/24, Doncic firmó una burrada estadística de 33.9 puntos, 9.2 rebotes y 9.8 asistencias en 70 partidos. Ni LeBron James en sus mejores años se acercó a esos guarismos siendo una clamorosa injusticia para un Luka que sólo obtuvo cuatro de los 99 votos para ser el mejor jugador de la temporada.

Quizá los resultados posteriores obtenidos en Play-Offs puedan ayudar a que los votan en los premios de la NBA se den cuenta de que Doncic va más en serio que nunca. Verle ‘fit’ a estas alturas de la temporada nos deja claro que esos días de apagón en las redes sociales los ha dedicado a ponerse a su mejor nivel y los aficionados estamos deseando verle lucirse como nunca.