Hasta ahora, el fútbol se concebía con dos colores de tarjetas. La amarilla significaba un apercibimiento para un jugador que, de recibir otra tarjeta de este signo, estaría expulsado del partido el resto del encuentro. La roja, directamente, significa la salida del jugador del campo para el resto del partido siendo la medida más extrema que puede tomar un árbitro.

La IFAB ha sido desde hace décadas la encargada de definir las reglas del fútbol a nivel mundial y sus futuras modificaciones. Conformada por las cuatro asociaciones de fútbol del Reino Unido y la FIFA, esta organización ha propuesto que para reactivar el interés de las nuevas generaciones -que ya no aguantan los 90 minutos delante del televisor sin impulsos- se busque una manera de agitar el actual fútbol.

Entre las múltiples ideas que se han completado, la que más aceptación está teniendo es la aparición de una nueva tarjeta para los árbitros. Se trataría de la tarjeta blanca y ésta implicaría la expulsión temporal de un jugador durante un encuentro.

El tiempo que se quedaría el infractor sin poder tomar parte en el partiendo serían 10 minutos, añadiendo un aliciente a los encuentros. Esta tarjeta se podrían sacar por realizar determinadas faltas tácticas, por pérdidas de tiempo o por protestar al árbitro. De hecho, ya se plantea únicamente que el jugador que pueda hablar con el trencilla sea el capitán.

La primera liga que se lo plantea

La Ligue 1 de Francia ya ha mostrado un notable interés en esta norma y se plantea incluirla directamente en la temporada 2024/25, siempre y cuando sus clubes lo acepten.

La organización gala se encuentra en serios problemas económicos y de audiencia tras unos últimos años convulsos en ambos aspectos. Ser los pioneros en implantar esto entre las grandes ligas europeas podría generar un gran atractivo y buenos contratos.

Esta medida no es un invento de un día para otro, puesto que ya se ha aplicado en el fútbol amateur francés desde 2018 y también se ha usado en Portugal.

“Mi sensación es que esta exclusión temporal, que ya practicamos en determinadas ligas y determinados distritos, es interesante. La respuesta que recibo del fútbol amateur es satisfactoria”, afirma el jefe de los árbitros en la Ligue 1.

El asunto es que los clubes y los jugadores deberán aceptar una medida en pos del espectáculo, pero que quitará cierta esencia a un fútbol que ya ha sido criticado por los puristas por la inclusión del VAR (Videoarbitraje) en 2018 siendo su llegada un fenómeno al que todo el mundo se ha acostumbrado al poco tiempo.

De hecho, muy pocos se plantean el fútbol sin la ayuda de esta aplicación.

Un éxito en otros deportes

La tarjeta blanca revolucionaría el fútbol, pero no es ni mucho menos una novedad en el mundo del deporte el tema de las expulsiones temporales durante los encuentros y para muestra un botón.

En rugby, una tarjeta amarilla supone 10 minutos de expulsión para un jugador siendo ésta idea de expulsión la más próxima a lo que quiere aplicar el fútbol.

Otros deportes como hockey, balonmano o waterpolo cuentan con esta norma de las expulsiones temporales desde hace tiempo. La característica común que este trío de deportes comparte es la dureza y, a veces, la violencia que sus protagonistas ejecutan. Veremos si el fútbol no corre peligro de convertirse en un deporte mucho más agresivo.

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