Raphinha y el club de jugadores ‘one season wonder’ que ganaron el Balón de Oro
La candidatura del brasileño para ganar el premio que distingue al mejor futbolista de la temporada 2024/25 está más viva que nunca en abril.
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Uno de los principales responsables, sino el que más, del cambio que ha pegado el Barcelona respecto a hace una temporada responde al nombre de Raphael Dias Belloli, alias Raphinha. El futbolista culé se está saliendo esta temporada con una serie de actuaciones regulares y portentosas que le han colocado como uno de los favoritos al Balón de Oro.
El extremo suma en la presente campaña 27 goles -por los 20 en total que sumó en sus dos anteriores temporadas como jugador del Barça-. El brasileño es la punta de lanza del proyecto de Hansi Flick, encontrando el año más goleador de su dilatada carrera con 28 años.
Además, el brasileño no sólo marca sino que es el máximo asistente de un Barça en el que ha dado hasta 18 pases de gol. El club culé se está aprovechando este rendimiento sobresaliente a través del liderato en LaLiga y también estando presentes en los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras ser segundos en la temporada regular.
Con estos mimbres, la candidatura del extremo es más que clara a un Balón de Oro que a estas altura no tiene dueño y que probablemente decidan más las actuaciones individuales en los clubes antes que en las selecciones. No hay torneos importantes a nivel de equipos nacionales y cualquier trofeo que se gane con los clubes suma. Raphinha ya tiene una Supercopa de España en la fue protagonista.
A continuación, repasamos otros casos de ‘one season wonder’ que desembocaron en el primer y único Balón de Oro de los protagonistas que vamos a mencionar:
Matthias Sammer (1996)
El capitán del Borussia Dortmund vivió un año increíble en el que ganó la Eurocopa con Alemania, además de la Champions League, la Intercontinental y la Bundesliga con su club. Estos méritos, indudablemente, le llevaron a ganar el título al mejor jugador del mundo ya avanzada la treintena y a punto de la retirada, que sucedería dos años después.
Sammer ganó el premio por acumulación de títulos, siendo recordado como un líbero elegante sacando el balón y muy expeditivo al corte.
Íhor Belánov (1986)
La estrella del Dinamo de Kiev se impuso en este galardón en aquel entonces premiaba solamente al mejor futbolista europeo del año. De haber sido a nivel mundial, nadie hubiese dudado de que el premio habría recaído en manos de Diego Armando Maradona.
Belánov ganó ese año la Recopa de Europa, la liga soviética y hasta el trofeo Santiago Bernabéu. En el Mundial de México, marcó cuatro goles en cuatro partidos, llevando a la URSS a octavos de final. Sucedió como Balón de Oro a Michel Platini.
Allan Simonsen (1977)
El danés, de apenas 1,65 de estatura, logró el Balón de Oro tras liderar al Borussia Mönchengladbach a tres Bundesligas consecutivas. Con los alemanes también ganaría dos Copas de la UEFA y el Barça pensó en él para sustituir al icónico holandés Johan Neeskens en 1979.
En la Ciudad Condal vivió luces y sombras, ganando la Recopa de 1982 pero nunca alcanzando el nivel esperado por la afición azulgrana. El Barça le invitó a salir ese mismo año de la Recopa tras conseguir el fichaje de Maradona para ocupar la única plaza de extranjero.
Oleh Blojín (1975)
Otro jugador proveniente de la antigua Unión Soviética que se impuso sorprendentemente en la lucha por el Balón de Oro, ganándolo con apenas 23 años. Blojín posee un curioso récord de haber jugado en cuatro décadas diferentes al fútbol profesional.
El ucraniano doblegó al todopoderoso Beckenbauer tras ganar con el Dynamo Kiev la Recopa de Europa, la Supercopa de Europa y la Liga Soviética -siendo el máximo goleador del equipo-. Con el anteriormente mencionado Belánov ganó otra Recopa en 1986, pero ya como un delantero venido a menos.
Denis Law (1964)
El delantero escocés forma parte de la Santísima Trinidad del Manchester United, en la que también estaban los archifamosos Bobby Charlton y George Best. Los Diablos Rojos ganaron esa temporada su primer título tras el accidente aéreo de Múnich que dejó al equipo casi sin jugadores en 1958, y Law fue el máximo goleador con 28 goles.
El delantero nunca más alcanzaría esas cifras por lesiones y porque sus otros dos compañeros eran muy buenos como acreditan el Balón de Oro de Charlton en 1966 y el de Best en 1968.
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