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Tadej Pogacar, el vigente campeón Mathieu van der Poel o Mikel Landa son algunos de los favoritos de la afición para ganar este domingo el Mundial de ciclismo en ruta en Zúrich. Ellos monopolizan, y con motivo, gran parte de los focos de un evento que cuenta con representación de casi un centenar de países.

Dentro de la lista de participantes encontramos historias curiosas, pero ninguna como la de Rien Schuurhuis. Conocido con el sobrenombre del ‘ciclista del Papa’, este holandés de nacimiento intentará hacer historia siendo el primer corredor que representa al Vaticano consiguiendo terminar la prueba.

Schuurhuis lleva desde 2021 compitiendo para el país donde los sacerdotes y las monjas conforman la mayoría absoluta. Este holandés no fue un ‘fichaje’ para competir por objetivos deportivos, sino que obtuvo la doble nacionalidad vaticana en virtud a la condición de su esposa. Chiara Porro es la embajadora de Australia en la Santa Sede y su marido recibió como consecuencia el pasaporte papal.

Gregario y semiretirado

A sus 42 años, el ciclista nacido en Groningen espera hacer bueno el dicho de “a la tercera va la vencida”, porque se trata de su tercera participación en un Mundial en ruta con el Vaticano. Schuurhuis compitió hasta 2018 en el ciclismo profesional con diversos equipos continentales como el Black Inc Cycling Team o el Oliver’s Real Food, teniendo un papel de humilde gregario y ahora desempolva recurrentemente su bicicleta para participar en esta prueba en la que sueñan con participar todos los ciclistas.

El mejor resultado del ciclista fue un noveno puesto en una etapa del Tour de Malasia en 2016. Schuurhuis, sin embargo, no perdió la fe en sus posibilidades y cuando su mujer fue elegida para desempeñar su misión en el Vaticano, la máxima organización del deporte papal se lanzó a por él.

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Los ambiciosos planes papales

Fue así como Atletas Vaticanos reclutó a Schuurhuis y como ese mismo año consiguieron ser reconocidos por la Unión Ciclista Internacional como el órgano rector deportivo de la Ciudad-Estado. Después de haber estado casi toda la vida al amparo del Comité Olímpico Italiano (CONI), el estado papal logró la independencia deportiva, siendo nuestro protagonista el pionero participando en el Mundial de ciclismo de 2022.

El Vaticano ha sido también reconocido internacionalmente en otras disciplinas como el Taekwondo o el Pádel. Ahora el pequeño estado alojado dentro de Roma planea su entrada en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Para ser un país elegible para competir en el evento deben estar reconocidos internacionalmente por cinco federaciones olímpicas a nivel mundial. Actualmente la cuenta son dos.

El país papal, sin embargo, ha anunciado ambiciosos planes para potenciar el esgrima, baloncesto y atletismo como deportes donde quieren conseguir un reconocimiento internacional. De hecho, en el tartán el Vaticano debutó como participante en los Juegos Mediterraneos de 2022 con la atleta Sara Carnicelli, hija de una administrativa del país, como representante.

Schuurhuis fue el primero que inició la revolución en un país que ahora tiene ambiciosos planes deportivos. El holandés fue el que peleó para que la UCI reconociese a este minúsculo estado que según su censo de 2023 posee 764 habitantes. Si consigue terminar en el Mundial de Ciclismo, la homilía del Papá ya tiene una bonita anécdota que contar.

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