Aunque parecía que no, la candidatura de España, Portugal y Marruecos para albergar el Mundial de Fútbol Masculino de 2030 iba mucho mejor de lo que la gente se pensaba.

Era cierto que había sido un verano más que turbulento en la Federación Española de Fútbol con la dimisión del presidente y la salida de una buena parte del equipo que había puesto a nuestro país como finalista de la elección para ese evento.

Las cosas, sin embargo, se habían calmado tras un encuentro reciente entre el presidente de la FIFA y el presidente interino de España, donde ambos se fotografiaron muy alegremente.

El trabajo de campo parecía estar hecho para nuestros intereses después de que la ambiciosa candidatura de Arabia Saudí se retirase del 2030 para centrarse en albergar el Mundial en 2034.

El único rival

Sea como fuere, a España todavía le quedaban rivales en esta carrera por hacerse con el torneo de selecciones más importante del mundo.

Nos mediríamos, nada más y nada menos, contra una candidatura múltiple sudamericana compuesta por Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile y que contaba con un potente gancho, pese a no tener las mejores instalaciones.

El atractivo para dar este evento a estos cuatro países era el Centenario de la primera edición del Mundial de Fútbol, que se celebró en Uruguay y fue ganada por este combinado frente a Argentina. Sudamérica no acoge un evento así desde Brasil 2014, mientras que Europa no lo hace desde Rusia 2018.

Siguiendo la rotación continental, la candidatura sudamericana debería ser más favorita, pero es aquí cuando los nuestros habían ganado enteros incluyendo a Marruecos en 2023 para organizar el primer Mundial que se celebraría en dos continentes.

La parte africana aportaría muchos votos cuando llegase la hora del Congreso Ordinario de FIFA, programado para finales de 2024 y donde se decidiría el ganador.

Hay que recordar que Ucrania, que inicialmente fue adherida a la candidatura tras el inicio de la guerra con Rusia, había sufrido problemas internos en su Federación y diversos escándalos de corrupción que terminaron por sacarles de la ecuación para meter a Marruecos. La elección, a todas luces, era muy estratégica.

El reparto de sedes

España, Portugal y Marruecos habían pactado un Mundial con 15 sedes con claro predominio de nuestro país. Inicialmente, nosotros contaríamos con 11 sedes, mientras que Portugal y Marruecos se repartirían las cuatro restantes. Esta opción, sin embargo, podría verse modificada ante la ambición de los africanos de acoger más partidos.

El hecho es que España contaba con 15 estadios que ya han opositado a ser sede del Mundial y son Balaídos, El Molinón, San Mamés, Anoeta, La Romareda, Camp Nou, RCDE Stadium, Santiago Bernabéu, Metropolitano, Nuevo Mestalla, Nueva Condomina, La Cartuja, La Rosaleda y Gran Canaria. De aquí, inicialmente se caerían cuatro, aunque la lista se podría ampliar.

El evento contaría con 48 selecciones compitiendo por la Copa del Mundo y sería también un derbi en toda regla entre un Real Madrid y un Barcelona, que ya tendrían listos sus nuevos estadios y que querían a toda costa acoger la final de un Mundial con todo el pedigree que eso supone.

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