FÓRMULA 1
Toyota y otros fracasos ‘Made in Japan’ en la Fórmula 1
Los fabricantes japoneses han sufrido más reveses que alegrías en su paso por la Fórmula 1.
Japón no tiene una espina clavada con la Fórmula 1, sino que dispone de un juego entero de acupuntura clavado en su espalda. El país asiático ha invertido miles de millones en intentar conseguir una corona en la categoría más conocida del mundo de motor sin éxito. Si en motociclismo han sido los indiscutibles dominadores del ‘cotarro’, en las cuatro ruedas nunca han logrado hacerlo por sí mismos.
Todo comenzó en 1976, cuando Japón acogió su primera carrera de Fórmula 1 en su territorio en el circuito de Fuji. El país ha estado siempre en el calendario desde aquel momento con la salvedad de la pandemia, demostrando que para ellos el ‘Gran Circo’ es algo que se toman muy en serio.
Japón ha contando con más de docena y media de pilotos en la Fórmula 1 en su historia y ninguno ha sido campeón ni se ha acercado a ganar una carrera. Ese fracaso se ha trasladado también al mundo de las escuderías, donde sus dos principales fabricantes -Toyota y Honda- nunca han conseguido conquistar el Mundial sin el amparo europeo.
Honda se creyó que era fácil porque a mediados de los 80 entró en la Fórmula 1 como suministrador de motores de Williams y posteriormente de McLaren, ganando todos los campeonatos de 1986 a 1991. Algo de asterisco había en esos éxitos, puesto que sus coches con los primeros fueron declarados ‘ilegales’ y con las Flechas Plateadas ganaron gracias a la herencia dejada con Porsche en la escudería.
Los proyectos en solitario
Aquellos éxitos hicieron que en Japón creciese la ambición por hacer algo grande en la Fórmula 1. Honda creó un proyecto piloto para incorporarse al ‘Gran Circo’ con un monoplaza 100% japonés, pero abortaron el proyecto en 1999 después de una serie de infortunios dentro del futuro equipo. Finalmente, decidieron en 2000 volver a ser suministradores de motores, trabajando en esta ocasión para BAR.
Toyota, el gran rival de Honda, vio entonces la oportunidad de meter la cabeza en la Fórmula 1 creando, a partir de aquella intentona, su propio equipo. En el año 2002, el equipo ya estaba dentro del ‘Gran Circo’ tras haber hecho una inversión faraónica con su propia fábrica en Colonia, gastando un dineral en el túnel de viento más moderno del mundo en aquel momento y fichando a pilotos de renombre.
Tras desembolsar miles de millones de euros, Toyota vio cómo en siete temporadas no conseguía ganar una sola carrera de las 140 en las que tomaron parte. Eso sí, lograron 13 podios y hasta tres poles, pero en ningún momento fueron capaces de hacer sombra a otros fabricantes generalistas europeos como Renault o BMW, con los que competían día a día en las calles por tener más ventas.
Ni la ayuda de Bridgestone -fabricante de neumáticos japonés presente toda la década en la Fórmula 1- ayudó al equipo a comprender qué era necesario para ganar. Muchos pilotos criticaron que su cultura era diametralmente opuesta a la de Europa y que la toma de decisiones era muy encorsetada. Además pecaron de cierto chovinismo alineando a varios pilotos de su propio país que demostraron ser un desastre... echando la persiana en 2009.
Animados por Toyota, Honda también decidió sacar adelante su propia escudería a partir de 2006 absorbiendo al equipo BAR -al que había motorizado las seis temporadas anteriores- para demostrar que eran mejores que sus competidores. Aquella primera temporada fue esperanzadora, consiguiendo un triunfo y un cuarto puesto en el Mundial de Constructores superando a Toyota, que acabó sexta.
2007, sin embargo, puso al equipo en su sitio con un octavo puesto en el Mundial de Constructores que directamente les hundió la moral. 2008 no fue mejor con la escudería terminando en novena posición y dando por concluida esta etapa tras la venta del equipo a Brawn GP. Curiosamente, ese coche sería campeón del mundo de 2009 con el chasis del que iba a ser su coche para esa temporada, pero con motor Mercedes.
El retorno agridulce
Los japoneses se animaron a regresar en 2015 para reeditar su exitosa alianza de los años 80 con McLaren resultando un auténtico fracaso. El equipo no funcionó en ningún momento hasta ser echados por los ingleses en 2017 por bajo rendimiento. Su mejor posición en carrera fue un quinto puesto.
Red Bull les dio una última oportunidad en 2019 tras sus diferencias con Renault. El motor que tan mal había funcionado con McLaren sí empezó a rendir con los diseños agresivos de los austríacos para retirar a Honda en lo más alto. En 2021, anunciaron que dejarían la Fórmula 1 y se marcharon ganando el Mundial en la última vuelta.
Probablemente, tanto Honda como Toyota regresen a una Fórmula 1 donde competidores del país todavía no se han aventurado a hacer una intentona. Nissan, Suzuki, Mitsubishi o Subaru han probado las mieles del éxito en otras categorías del motor-sport, pero han sido más que cautos viendo cómo los peces grandes han sumado más decepciones que alegrías en el ‘Gran Circo’.
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