Era el nuevo Pantani para los italianos. Lenguaraz, fuerte en montaña y muy espectacular, Riccardo Riccó conquistó al pelotón en 2008 haciendo un espectacular Giro de Italia que le llevó a ser segundo en la general tras Alberto Contador.

El ciclista de Saunier-Duval, por entonces de 24 años, parecía que se iba a comer el mundo tras ganar dos etapas en la ronda rosa y desafiar al príncipe del pelotón.

Contador ganó aquel Giro de 2008 tras ser llamado a última hora por el equipo Astana. El español aseguró que estaba en la playa cuando se enteró de la decisión de su equipo de traerle al Giro después de ser vetados en el Tour de Francia por un escándalo pasado de dopaje. Riccó no se creía ni una palabra. “Nunca me he tragado eso de que estaba en Cádiz en una playa. Estaba en su casa, en la playa de Madrid. Ha preparado el Giro tanto como nosotros. Alguien que ha ganado el Tour no puede actuar de esa manera”, dijo al acabar la carrera.

Con esas Riccó, sí se pudo apuntar a un Tour de Francia donde no estaba su archienemigo y donde partía como favorito al triunfo. ‘La Cobra’ ganó la sexta y la novena etapa de la carrera con sendas exhibiciones en montaña, hasta que el 17 de julio de 2008 le cortaron las alas. Detectaron que había dado positivo por EPO Cera -un EPO de segunda generación técnicamente indetectable-. Ricco fue hasta detenido por la gendamería francesa.

El bochorno para su equipo fue tal que el Saunier Duval directamente desapareció tras la competición y cortó su patrocinio en el pelotón. Riccó fue sancionado por 20 meses sin competir tras cooperar en todo el asunto. Parecía que ‘La Cobra’ estaba haciendo propósito de enmienda y dolor de los pecados a la vista de su regreso el 30 de marzo de 2010.

Regreso a lo grande

Riccó reapareció con el modesto equipo Ceramica Flaminia, ganando dos etapas en la Settimana Coppi-Bartali y una más en el Giro del Trentino. Volvió a acaparar portadas y focos, siendo fichado en mitad de verano por uno de los equipos punteros del ciclismo mundial: el Vacansoleil. El ciclista tenía entre ceja y ceja ganar el Giro de Italia de 2011 y lo prometió hasta en la prensa.

Sin haber debutado en su nuevo equipo en competición oficial, Riccó apareció en febrero de 2011 en un hospital de Módena con un fallo renal y otro en el hígado. El ciclista estuvo cerca de perder la vida en el proceso, mientras los doctores alertaban a sus jefes en el Vacansoleil. Riccó se había hecho una autotransfusión con sangre en mal estado y se quedó ingresado durante dos semanas.

Cuando ‘La Cobra’ salió del hospital se encontró la carta de despido de su equipo, pero no fue sancionado al no dar positivo en ningún control antidoping. Fue entonces cuando el modesto equipo croata Meridiana-Kamen le presentó una oferta para correr y la aceptó. El Comité Olímpico Italiano (CONI) no podía permitir semejante bochorno e hicieron todo lo posible para llevar a cabo un castigo ejemplar.

Sanción ejemplar

El CONI, en una sentencia corroborada por las principales autoridades mundiales contra el dopaje, le puso 12 años de veto que terminan en este 2023. De acuerdo a las palabras de Riccó en 2017 en una entrevista en La Gazzetta dello Sport podría reaparecer: “Cuando la suspensión termine, tendré 40 años. Seré competitivo. Si estuviera entrenado, sería más fuerte que antes. hay equipos que me quieren y, de lo contrario, yo haría uno. Tarde o temprano volveré a correr”, dijo.

El ciclista, durante su sanción, ha estado rodeado de controversia, puesto que se saltó su sanción colándose en una carrera amateur para ayudar a sus amigos a ganar. Luego se supo que se fue a vivir a Tenerife, donde tiene una heladería para los meses de verano, y en invierno entrena a jóvenes promesas del ciclismo a razón de 1.250 euros por semana, tal y como publicitó en su página de Facebook. Además es negacionista del COVID-19.

Como se puede ver, Riccó no ha perdido el tiempo durante su suspensión, pero parece aventurado que pueda regresar al ciclismo profesional pese a existir espejos de su época donde mirarse. Óscar Sevilla y Paco Mancebo -dos ciclistas españoles vetados por dopaje en las grandes competiciones- siguen en activo superando los 45 años.

Su compatriota Davide Rebellin se mantuvo en activo hasta los 51 años, cuando un camión le atropelló en un entrenamiento. 2023 puede ser el año de la reaparición de ‘La Cobra’.

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