Manchester City
El talón de Aquiles de Haaland por el Balón de Oro
El delantero noruego del Manchester City ha vuelto a su versión de goleador desatado tras su repóquer de goles al Luton en la FA Cup.
Erling Haaland ha vuelto. Se marchó por poco tiempo. Y por lesión. Entre el 9 de diciembre y el 31 de enero el noruego no compareció con el Manchester City en una dolencia que lo apartó de su oficio favorito, el de perforador de metas contrarias, ése que la temporada pasada ejecutó con perfección hasta anotar 52 dianas en 53 partidos oficiales. Casi a gol por partido. En la Premier, histórico. Los 36 tantos que hizo en la liga inglesa superaron los 34 de Shearer, dueño del récord desde el cambio de denominación. El récord desde su fundación lo tiene Dixie Dean, con 60 dianas en la 27-28. Una estatua a las puertas de Goodsion Park festejan su hazaña.
Pero aquello era otro fútbol. En el actual, los números de Haaland son lo más parecido a aquello. Capacidad para hacer goles que a veces ejecuta con violencia inusitada. Como si de un torrente desbocado se tratase. Los cinco goles que le hizo al Luton Town en la quinta ronda de la FA Cup son buena muestra de esa capacidad para ver puerta de forma desaforada. Única en un viejo continente que lo celebra y añora a la vez.
La estocada del Mundial de Qatar
Porque él, uno de los mejores jugadores de Europa, no estará en su mayor cita de selecciones. Noruega, encuadrada en el grupo de España, no se ha clasificado para la Euro (ni siquiera para la repesca) al igual que tampoco logró llegar al Mundial de Qatar. He ahí donde radica su talón de Aquiles para lograr el Balón de Oro a mejor jugador del mundo. Ya le sucedió que, pese a su gran temporada hace un año, el Mundial levantado por la Argentina de Messi fue suficiente para que el ‘10′ argentino, desapercibido todo el curso con el PSG, ganara el galardón.
Ahora, en las apuestas deportivas de Betfair, Haaland no está ni siquiera entre los tres mejores candidatos a ganar le premio. Es el cuarto con una cuota de 6.00. Por delante, tres jugadores: Bellingham, Mbappé y Kane. Todos, por cierto, con el mismo denominador común: opciones de brillar en la Champions League y también de hacerlo en la Euro. Sin brillo de selecciones, es complicado ganar el Balón de Oro… aunque no imposible.
El ejemplo de Weah
El mejor ejemplo lo encuentra Haaland en otra bestia del gol llamada George Weah. El expresidente de Liberia fue también un goleador de época durante los años 90 en el PSG y en el Milan. Ganó el Balón de Oro en 1995 y lo hizo gracias a su rendimiento a medio camino entre el mismo PSG y el Milan. Con su país, Weah jamás jugó un Mundial, ni brilló en torneo de selecciones alguno, pero fue tal su recital goleador y de fútbol con sus clubes que le valió para llevarse el galardón. Ahora semejante tarea es más complicada.
Sin presencia clave en Champions
Claro que en el debe de Haaland también hay un problema. Al menos uno de los que se le puede señalar como razones por las que la temporada pasada no entrara más de lleno en la batalla por el Balón de Oro contra Messi. Y es que, llegado el momento cumbre de la temporada en la Champions, Haaland desapareció allá donde parecía que sería un jugador imparable. En cuartos marcó ante el Bayern en la ida y la vuelta, pero en semifinales ante el Real Madrid no marcó en ninguno de los dos partidos pese al recital citizen en Inglaterra (4-0). En la final conta el Inter tuvo que ser Rodrigo el encargado de hacer el tanto que diera al City su primera orejona.
Ahí sí, Haaland tendría la posibilidad de cambiar el rumbo de la historia si, en las siguientes rondas de la Champions, lograse ser el jugador clave que pusiera al equipo de Guardiola rumbo otra vez a un doblete consecutivo que sólo el Real Madrid ha podido conseguir en el formato moderno de la competición continental. Un mérito que compensaría su ausencia de la Eurocopa y, en general, de los torneos de selecciones, su gran debilidad a la hora de pelear por el premio al mejor jugador del planeta.