Brasil
Hulk extiende la leyenda que pudo ser... y no fue
El veterano delantero brasileño (38 años) sigue siendo referente goleador en el Atlético Mineiro, uno de los dos finalistas de la Copa Libertadores.
Juego Seguro. 18+ Juega con Responsabilidad.
Su nombre no evoca nada: Givanildo Viera Da Souza. Al menos en Europa, leerlo provoca indiferencia. Extrañeza. Normal. Pocos conocen que así se llama Hulk, un delantero brasileño que durante la década del 2000 protagonizó seguramente uno de los fenómenos más llamativos del fútbol en el viejo continente. Seguramente en todo el planeta también. Porque pocos futbolistas parecían acaparar en aquel físico privilegiado (de ahí el apodo de Hulk) de potente disparo un talento suficiente como para tener a los más grandes detrás de su incorporación.
Pero aquella promesa de calidad desatada jamás se puso a servicio de conjuntos de equipos de gran peso para los que parecía estar llamado. Ahora, al borde de la retirada, con 38 años en su pasaporte, sigue agigantando una leyenda que pudo ser todavía más grande, pero que se ha quedado por el camino.
Su actual equipo, el Atlético Mineiro de Gabi Milito (técnico argentino ex del Real Zaragoza o el FC Barcelona), ha eliminado a River Plate y jugará una final de Copa Libertadores que todavía este potente delantero no tiene en su palmarés. Que lo consiga ante Botafogo (la final se disputará el 30 de noviembre) ostenta una cuota 1.82 según las apuestas de Betfair. Será una de las finales más igualadas de los últimos años.
Amago de gloria en Europa
Lo cierto es que el currículum de Hulk muestra cierta carencia de trofeos top visto que su trayectoria se ha movido en un llamativo segundo plano, casi por debajo del radar de una fama que, seguramente, podría haber alcanzado de haber dado el salto a algún club de la Premier, LaLiga, el Calcio…
Sucede que Hulk jamás jugó en ninguna de las cinco grandes ligas de Europa. Su recorrido se limitó a la Liga portuguesa y a la Liga rusa. Y en ambas competiciones logró tener impacto importante. En Portugal, con el Oporto, por ejemplo, levantó cuatro ligas y tres copas. En Rusia jugó en el Zenit y se llevó una liga y una Copa rusa. Incluso se permitió el lujo de ganar la UEFA en 2011 con los lusos.
Ocurre que Hulk, hombre de números arrolladores (en 512 partidos profesionales de clubes ha marcado 416 goles), pareció siempre más atraído por el potencial económico de ciertas ofertas, que por el glamour y la gloria de enrolarse en proyectos de conjuntos de gran tradición.
Eso lo llevó, por ejemplo, a estrenarse en Japón cuando salió por primera vez de Brasil y a continuar en Rusia y China cuando abandonó un Oporto en el que, tras cinco temporadas, tuvo cantos de sirena del Barça, del United o del Milan. Pero una importante oferta económica del Zenit, entonces uno de los nuevos ricos de Europa, le atrajo más. Los rusos pagaron 40 millones de la época (2012) por el ariete y lo incorporaron a su proyecto como pieza angular, aunque insuficiente en el anhelo de extender su peso en Rusia a Europa.
De China al retorno con la mirada en la Selección
Sin el recorrido goleador que se le esperaba, En 2016 de nuevo el dinero exótico llamó a su puerta para acabar en Shanghai (pagaron 56 millones por él), en una liga China donde recuperó el ritmo goleador (30 en una sola temporada fue su récord) pero desapareció del radar del fútbol europeo.
En 2021 retornó a Brasil y, desde entonces, no ha hecho más que continuar con su profesión de artillero reputado. Desde aquella vuelta a su país, Hulk suma 104 tantos repartidos en cuatro temporadas que incluso han hecho que voces reputadas del fútbol latinoamericano pidan su retorno (aunque sea puntual) a la Selección de Brasil para poder impulsar a un conjunto lastrado en su rendimiento, alejado de la gloria que dibuja cinco estrellas sobre su escudo.