Se cumple un cuarto de siglo del momento más duro en la historia del Manchester City

El Manchester City se encuentra a un paso de lograr un hito histórico. Los de Pep Guardiola, que jugarán la final del Mundial de Clubes de FIFA ante el Fluminense, podrían declararse el mejor club del mundo, un título oficial que en verdad ya se hace oficioso al levantar la Champions. El trámite del ‘Mundialito’ no deja de ser una suerte de peaje burocrático, aunque en el mundo del fútbol se sabe que el ganador de la Champions suele ser el mejor del planeta.

Ahora las apuestas de fútbol de Betfair corroboran esa percepción, con favoritismo para el City en este encuentro y también en el éxito de repetir la Champions, con una cuota de 1.83. El triunfo del City en el Mundial de Clubes, de llegar, se producirá en una efeméride llamativa, justo un cuarto de siglo después del momento más duro de los ‘Sky Blues’ en sus 143 años de existencia.

Porque hace 25 años, allá por 1998, el Manchester City no era, ni de lejos, el equipo potente que es hoy. Tampoco el bloque respetado que en los 60 y 70 logró levantar algún título de liga inglesa (entonces aún no era Premier League) e incluso trofeos internacionales como la Recopa de Europa. No, hace un cuarto de siglo, el City cayó al pozo de la tercera categoría del fútbol inglés, la League One. Un pase por el inframundo del infierno que, además, amenazó con ser todavía peor, especialmente después de una derrota de la que el pasado 19 de diciembre se cumplían justo eso, 25 años.

De York al ascenso

Aquella tarde el City visitaba y perdía ante el York City. El resultado final: 2-1 para los locales, que antes de que la jornada arrancara, pululaban por la zona baja de la tabla. El City, tras esta derrota, se encalló en la zona media, un espacio doloroso para sus orgullosos aficionados, esos que no terminaban de entender como era posible que su equipo hubiera caído tan bajo. Mientras, el Manchester United, el eterno rival de la ciudad, se preparaba para ganar la Champions League, que consiguió a final de temporada en la épica final de Barcelona ante el Bayern de Múnich.

Afortunadamente para los ‘Sky Blues’, el trago de aquella mala tarde en York no fue más que un tropiezo que se enderezaría, eso sí, en una temporada de enorme sacrificio y esfuerzo hasta el final. La derrota supuso un acicate para un equipo que no volvería a perder hasta marzo, cuando el Oldham Athletic lo tumbó por 1-2. Solo cayó una vez más de ahí al final del campeonato.

Con la conclusión de la temporada regular, (jornada 46, la League One tenía 24 equipos) el City acabó tercero y se enroló en un playoff de ascenso que le devolvió a la Segunda División (Championship), eso sí, sufriendo y mucho. Fue tras un playoff “dramático”, así lo definió la BBC) que se disputó en Wembley y que midió en la final al mismo City y al Gillingham en Wembley. El duelo se disputó solo una semana después de que el United levantara la Champions, lo que transformó la urgencia en ascender a Segunda en algo así como una exigencia suprema para el City.

La épica era cosa de Manchester

Con 1-1 en el marcador, el Gillingham hizo el 2-0 en el 87′. Sucede que, al igual que el United remontó al Bayern de Múnich en Barcelona en el tiempo añadido y en apenas dos zarpazos, también el City igualó aquel duelo con dos goles en el tiempo extra: uno en el 90′ y otro en el 90′+5. La épica se había quedado en Manchester para ayudar ahora al City. Tras la prórroga, los penaltis decidieron.

El gol final de Edghill, leyenda del City, aupó al equipo a Segunda y dejó en sólo una temporada el paso fugaz del vigente campeón de Europa por la tercera categoría del fútbol inglés. Una penitencia que ahora se ha transformado en éxito, glamour y títulos. Senda de gloria que necesito de muchas paladas de barro para ser lo que es ahora mismo.

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