La intermitencia del ‘9’ en el Real Madrid
Desde 1995, cuando los dorsales se hicieron fijos, en el Madrid ha habido 10 jugadores que lo han portado. La mayoría, leyendas, pero también hay fiascos.

El fútbol en ocasiones se acerca más a lo místico que a lo terrenal. Esa mezcolanza le dota de altas dosis de normalidad (cualquiera puede practicarlo) y también de simbolismo. Todo cuenta. Terreno abonado para las cábalas que tiene, en los dorsales y sus portadores, una de sus fuentes de relato y magia más recurrente. Que se lo pregunten a Mbappé, jugador franquicia del Real Madrid que corrió raudo a hacerse con el ‘10’ que había dejado en herencia Modric por aquello del apego al número, la magia que despliega -los mejores siempre eran el 10, como demostró Oliver y Benji- y la mercadotecnia. Que aquí todo suma.
Su movimiento dejó liberado el ‘9’ que había heredado tras un año huérfano de su compatriota Benzema. En el Real Madrid no es un dorsal cualquier tampoco éste previo a los dos dígitos. El primero en mitificarlo -todos de pie- fue Alfredo Di Stéfano, leyenda del Real Madrid y jugador sobre el que se cimentó la gloria de un conjunto que no pasaba de las medianías hasta su llegada. Con la Saeta se disparó al estándar de lo que es hoy, un recurrente campeón de todo con la Champions como su torneo fetiche. Ahora, en las apuestas de Betfair, los merengues son sextos favoritos para conseguir el título, con una cuota 6.00.
Muy contento con la victoria de hoy y con mi debut en la temporada. ¡Hala Madrid! 🤍🙏🏿 @realmadrid pic.twitter.com/nYK75MMMIF
— Endrick (@Endrick) November 1, 2025
El ‘9’ para Endrick
Ocurre que el Real Madrid tiene, en lo que se refiere a este dorsal, una relación especial en los tiempos del fútbol moderno. A veces buena. A veces mala. Intermitencia recurrente que ahora le toca a Endrick. Cuando en el partido entre el Real Madrid y el Valencia el ariete brasileño tuvo sus primeros minutos en competición oficial esta temporada, a más de un aficionado le sorprendió que cuando saltó al verde portaba el ‘9’.
El baile de dorsales del pasado verano con Mbappé como protagonista lo había dejado libre, y aunque se rumoreó que Mastantuono podía cogerlo, el argentino finalmente se hizo con el 30 con el que jugaba en Ríver. Para hacerlo se inscribió con ficha del filial. Aquello levantó polvareda. Pero ése es otro debate.
El caso es que Endrick lo vio libre y decidió dejar el ‘16’ insípido que había cogido el curso anterior en su estreno de merengue (en el Real Madrid no se recuerda ningún ‘16’ especialmente mítico) para abrazar el ‘9’ en lo que más de uno consideraba que era un paso de madurez y de aceptar el reto que supone aceptar semejante número en la Castellana. Por ahora, la misión está siendo fallida porque Xabi Alonso apenas cuenta con él. Incluso el canterano Gonzalo (por cierto, ahora con el ‘16’ que era de Endrick) lo adelanta. Ahora se rumorea con la posible salida del brasileño en el mercado invernal.

Diez jugadores con el ‘9’
La realidad dice que el gesto de Endrick no es tan arriesgado. Porque, al contrario que otros dorsales míticos como el ‘7’ o el ‘10’, que han tenido contadas excepciones para ‘deshonrarlo’, la realidad es que el ’9’ en el Real Madrid ha tenido un comportamiento pendular. Tan pronto lo han llevado mitos, como que lo han portado jugadores que han pasado sin pena ni gloria.
Desde que LaLiga obligó a los dorsales fijos con el nombre en las camisetas, en el Real Madrid ha habido diez jugadores que han portado el número 9. A saber: Zamorano, Suker, Morientes, Ronaldo, Soldado, Saviola, Cristiano Ronaldo, Benzema, Mbappé y ahora Endrick. Un amplio elenco que ha tenido jugadores míticos… pero también sonoros fiascos. Jugadores que no estuvieron en su momento a la altura de las exigencias que supone ser el delantero centro del Real Madrid.
Soldado, Saviola, Endrick…
Le pasó a Soldado, canterano aplicado, líder de la generación que ascendió con el Castilla a Segunda División en 2005, al que, tras varios intentos de tener protagonismo en el primer equipo, y tras una cesión a Osasuna, (16 goles hizo aquel curso) retornó a Madrid para ser un jugador con poco espacio en la segunda liga consecutiva merengue, la que levantó Schuster. Sólo jugó ocho partidos, apenas dos de titular. No marcó.

El curso siguiente Saviola, que en 2001 había sido el contrataque del Barça al fichaje de Zidane por el Real Madrid, heredó el 9 en una temporada horrible que acabó con el 2-6 culé en el Bernabéu. Ese curso disputó 14 partidos, pero sólo cuatro de titular y sólo hizo dos goles. Otra mala temporada.
Tras él, Cristiano Ronaldo (solo una temporada), Benzema y Mbappé heredaron un dorsal que ahora es cosa de Endrick, jugador que con él a la espalda se ha convertido en un activo transparente en el Bernabéu y al que se le busca salida para su revalorización y potencial retorno con el que aportar lo que de él realmente se espera: que sea un jugador de peso importante. Una promesa con opciones de crecer
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