Laporte, su aventura con el ‘10’ y otras historias inauditas del dorsal más mágico en el fútbol
El central francés lo ha portado en su última convocatoria con España. No es el primer defensa español que lo usa. Ya lo hicieron Bellerín o Capdevila.

Aymeric Laporte ha protagonizado con España un curioso proceso. El hispano-francés, ante Bulgaria, en la fase de clasificación para el Mundial de 2026, ha lucido un número que no es frecuente en un defensa central. Al futbolista del Athletic le ha tocado heredar el ‘10’, un número que había quedado libre tras la salida de Ferran Torres por lesión. A Laporte el que le gusta es el ‘14’, con el que ganó la Euro, pero ahora es propiedad de Llorente. No le quedará otra que lucir tan emblemático dorsal pese a que no es lo suyo. Porque el ‘10’ es otra cosa.
Habitualmente se le otorga a este número mística de jugador ofensivo, playmaker o el mejor del equipo. Baste decir que, del Olimpo del fútbol mundial, tres de sus cinco miembros jugaron con el ‘10’. A saber, Pelé, Maradona y Messi. Di Stéfano era el ‘9’ y a Cruyff le obsesionaba el ’14’, casualmente. Ahora en el Barça el ‘10’ ha sido cosa de estado después de que Lamine Yamal lo haya heredado de Messi (previo periodo temporal que fue de Ansu Fati) y en el Real Madrid lo ha heredado Mbappé tras la marcha de Modric.
👕 Lista de dorsales en la @SEFutbol 🇪🇸
— Carrusel Deportivo (@carrusel) October 13, 2025
😳‼️ Aymeric Laporte lucirá el '10' en el partido contra Bulgaria en el estadio de Zorrilla
✌️ Jorge de Frutos llevará el '2' pic.twitter.com/0SMmWAoaJL
Se entiende, viendo sus anteriores portadores y los actuales la dimensión que se le está otorgando a un número que, sin embargo, ha tenido portadores anómalos a lo largo de la historia, como ha sucedido ahora con Laporte y esta España favorita a todo. En las apuestas de Betfair aparece como la candidata número 1 a ganar el Mundial con una cuota 5.50. En ese torneo el ‘10’, por cierto, no tiene dueño aún. A Lamine le gusta con España el ‘19’.
Los ‘10’ de España
Mirando precisamente a España, en el combinado nacional ha habido 50 jugadores que, a lo largo de su historia, han lucido el ‘10’ desde 1960. Luis Suárez fue el primero, pero detrás ha habido otros. Algunos, llamativos, como Manu del Moral, con paso efímero por España, o Donato, que también cuajó poco tiempo con España y que, además, para cuando lo portó era un centrocampista de perfil destructor, alejado de la magia que se le concede al ‘10’.

También alrededor de este dorsal ha habido casos modernos curiosos de jugadores que, en verdad, preferían otros números, pero llevaron el ‘10’ porque los suyos estaban ocupados, como Morientes, Capdevila (que, además, era defensa), Joaquín o Bellerín (también lateral). Raúl, por ejemplo, comenzó jugando con el ‘10’, pero luego se ‘borró’ para abrazar el ‘7’. Le sucedió después de fallar ante Francia un penalti en la Euro de 2000, el último gran torneo que jugó con España y con el ‘10’.
¡Un portero jugando con el ‘10’!
Pero lo de Raúl no es nada comparado con otros jugadores que han llevado el ‘10’ en situaciones muy anómalas. Ninguna como la que le sucedió a Argentina, que en la Copa América de 1997 le dio este número ‘10’… ¡¡¡a un portero!!! La culpa fue de Pasarella, el seleccionador que, a la hora de distribuir los dorsales, decidió hacerlo de una forma diferente.
Entonces los grandes torneos comenzaban a abrazar esta idea de los dorsales fijos con número, pero el técnico, en lugar de dejar elegir a sus jugadores, los distribuyó por orden alfabético, así que el ‘10’ le cayó a Nacho González, portero de Racing Club que jugó con el número de Maradone entre los palos de aquella Copa América. El ‘1’, por cierto, fue para un centrocampista: Christian Bassedas, de Vélez. El mundo del revés.

Diarra y Gallas
Alejados de estas extravagancias, ha habido también números ‘10’ atípicos como le sucede a Laporte con España. En el Real Madrid, por ejemplo, Lass Diarrá fue su portador durante varias temporadas hasta que su salida del club blanco permitió que lo heredara Mesut Özil. El frances era un pivote defensivo tosco, capaz de jugar de lateral derecho. Nada que ver con los ‘10’ de toda la vida.
Algo parecido sucedió en el Arsenal con Gallas, un defensa francés conocido por ser de los más aguerridos de su época, pero que cuando se ponía la camiseta de los gunners, lo hacía luciendo el ‘10’ a la espalda, algo totalmente anómalo si se tiene en cuenta que antes que él, lo portó Bergkamp, delantero holandés, fino estilista y jugador de gran categoría que estaba en las antípodas del fútbol que proponía Gallas.

El intercambio de Ronaldo y Shearer
También hay casos de jugadores que, temporalmente, tuvieron que llevar el ‘10’ por obligaciones de mercado. Dos coincidieron en la misma época. En 1997, Ronaldo Nazario fichó por el Inter, pero entonces el ‘9’ era de Zamorano, así que la primera temporada la tuvo que jugar con el ‘10’ hasta que, al curso siguiente, Zamorano se lo cambió para portar el 18. El Inter le pintó entre medias del ‘1’ y el ‘8’ un símbolo de sumar (+) que seguía el juego para que siguiera portando el 9… de forma figurada.

Ese mismo año, en 1997, Alan Shearer fichó por el Newcastle rompiendo todos los récords del fútbol inglés (costó 4.000 millones de pesetas, unos 24 millones de euros al cambio) parA aterrizar en un equipo que ya tenía a una leyenda con el ‘9’. Pero Les Ferdinand, que así se llamaba el delantero, le cedió amablemente el ‘9’ a Shearer y él comenzó a jugar con el ‘10’ para formar una mítica dupla de la Premier League.
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