Real Madrid
Asencio, bajo la sombra de Pavón y el ejemplo de Manolo Sanchís
La irrupción del canterano en el primer equipo provoca euforia en el madridismo por su buen rendimiento y lo inesperado de su aparición entre los mayores.
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El Real Madrid tenía oro. Pero lo tenía tapado. Escondido bajo una montaña de talento. Hasta que llegó la crisis, la montaña se desmoronó y el oro pudo emerger. Metal precioso que, en verdad, en el caso de Raúl Asencio (Las Palmas de Gran Canaria, 21 años) es más acero. Del duro. Del infranqueable. También frío y firme. Virtudes siempre bienvenidas en un central, más en un este equipo merengue famélico en el eje de su zaga.
De ahí que la irrupción fulminante de este canterano haya sido recibida como gran noticia. Además, bajo su presencia, los merengues acumulan tres duelos de Liga sin encajar y lucen una seguridad que, casualidad o no, les ha permitido acechar al FC Barcelona en Liga y volver a ser favoritos al título según las apuestas de fútbol de Betfair, cuota 1.64. Ocurre que toda esa alegría por la irrupción de Asencio se ha acogido también con la natural reserva que produce en Concha Espina este tipo de saltos al primer equipo.
Diferencia entre tirar la puerta y quedarse
Primero, por conocimiento de causa. Suele decir Valdano que en los grandes lo difícil no es tanto tirar la puerta (que también) como consolidarse en un primer equipo donde la exigencia es máxima no sólo en un partido, sino en los 365 días del año. Lo saben bien centrales canteranos que, tras una irrupción relativamente explosiva, tuvieron problemas para consolidarse o, tras conseguirlo, acabaron saliendo por la puerta de atrás y no con muy buena imagen.
Es lo que sucedió a principios de 2000 con el llamado efecto Pavón. Francisco Pavón, canterano merengue, se coló en el primer equipo allá por 2001 y, en medio de la construcción del Real Madrid galáctico, acuñó alrededor de su nombre una filosofía de club a la que precisamente puso nombre Jorge Valdano.
Las lecciones de los Pavones
El Real Madrid empezó a ser un equipo de Zidanes y Pavones, esto es, de grandes fichajes combinados con chicos de la cantera que cubrían las necesidades que no alcanzaban a tapar los gigantescos fichajes con los que el Real Madrid inundó de talento sus plantillas.
Él, Pavón, fue representante bastante longevo de aquella generación. Y con más o menos éxito, se mantuvo como un titular recurrente que solía jugar mucho. Tanto, que en la 2001-2022 llegó a acumular 45 encuentros con la elástica merengue. Ese curso el Real Madrid alzó la Novena. Fue el sumun de un futbolista que, desde entonces, empezó a decaer en peso. Como el modelo de apuesta por canteranos que, más allá del caso Pavón, no terminó de cuajar.
Este central afincado en Getafe resistió seis temporadas como miembro de pleno derecho del primer equipo y lo acompañaron en esas tareas otros canteranos, como Mejía o Raúl Bravo, a los que la presión y el rendimiento no les hizo gozar de tan buenos números como a Pavón. El resultado fue una percepción de prudencia y cautela a la hora de subir a chicos del Castilla al primer equipo aún incluso para puestos de no tanta exigencia como el de central.
Nacho, el último ejemplo
Nacho Fernández, capitán el curso pasado ha sido el último defensa para el eje que se ha consolidado entre los mayores en una excepción a un modelo (del Castilla al Primer equipo) que ahora es casi inexistente. Otros canteranos que se han hecho con un hueco entre los mayores lo han conseguido, casi siempre, por la vía de la cesión con retorno o traspaso con posterior billete de vuelta, como le sucedió a Carvajal o Fran García.
En el caso de Asencio, no ha hecho falta esa ‘Mili’ allende el Bernabéu porque Ancelotti ha tenido que tirar de él por obligación tras las lesiones de Alaba y Militao. Con Tchouameni y Carvajal también fuera de combate, Asencio era la única solución factible. Y se ha resuelto como una solución excelente.
Se busca al nuevo Sanchís
Ahora está por ver si será también duradera en un club que, excepción hecha de Nacho Fernández, que jugó siempre bajo la sombra de un suplente resolutivo que como un titular indiscutible, no ha tenido un central consolidado en el primer equipo procedente de la cantera para ser leyenda desde que Manolo Sanchís dejó el equipo precisamente en la temporada 2000-2001 la de la debut de Paco Pavón con el primer equipo.
Desde entonces, el Real Madrid sigue escudriñando la cantera para encontrar un referente similar. Lo más parecido ha sido Dani Carvajal… pero en otro puesto diferente, el de lateral derecho donde (curiosidad) ejercía el padre de Sanchís, también de nombre Manolo. Que sea Asencio ese mirlo que el Real Madrid busca dependerá, en parte, del rendimiento que tenga en las próximas temporadas. Si lograse mantenerse en década, el Real Madrid habría encontrado (de accidente) un reemplazo inesperado. Como hallar oro debajo de una montaña de talento.