El cercano precedente al que se agarra Simeone

Nadie se podía imaginar un inicio de temporada como el que ha sufrido el Atlético de Madrid. Los rojiblancos, tras un mercado de fichajes lleno de caras nuevas, arrancaban este curso con la ilusión de pelear, esta vez sí, por el título liguero. Sin embargo, sólo tres jornadas han bastado para sufrir el primer varapalo de la temporada. Dos puntos de nueve y tres tropiezos que evidencian que a este equipo aún le faltan muchos aspectos en los que mejorar, sobre todo en tareas defensivas. Ahora, el equipo se marcha al parón más cerca del descenso que de Europa y sin la certeza de que el equipo pueda encontrar la solidez en las próximas semanas. Aún así, el equipo rojiblanco no quiere caer en pesimismos y se acogen a un precedente muy reciente para intentar revertir este inicio de temporada.

Unos inicios que nunca han sido fáciles

Últimamente, al equipo de Diego Pablo Simeone se le ha hecho cuesta arriba los primeros partidos de la temporada. Le ocurrió el pasado año y le ha vuelto a ocurrir este. Dudas al inicio que pueden marcar un curso, en el caso del equipo madrileño, para bien o para mal. El curso anterior, la situación fue incluso peor. A diez puntos del equipo de Hansi Flick, sólo una heroicidad podría meter al conjunto colchonero en la pelea de nuevo por LaLiga. Sin embargo, llegó.

Una racha de 11 victorias consecutivas, sumado a los tropiezos de Madrid y Barcelona en ese mismo tramo de la temporada, redujo la distancia hasta el punto de que los madrileños llegaron a ser líderes del campeonato pese a estar por momentos a más de diez puntos. Ahora, el club se acoge a un cambio en la dinámica y a ese precedente para darle la vuelta a un comienzo de campeonato realmente pobre.

La fragilidad defensiva y la falta de gol, los puntos a corregir

Pese a que son 35 jornadas las que quedan por delante, al equipo le hace falta mucho más que un simple lavado de cara. A pesar de que ante el Espanyol y Elche tuvo oportunidades para cerrar los partidos, lo cierto es que la falta de decisión en ambas áreas ha penalizado al cuadro de Simeone. Quién sabe si aquel palo de Julián Alvarez en el RCDE Stadium o aquella ocasión de Sorloh en el Metropolitano hubiesen entrado, eso habría provocado un efecto totalmente contrario a nivel clasificatorio.

Por ahora, la decepción es máxima. Muchas incorporaciones, un once con casi el 50% de caras nuevas y, sin embargo, eso no ha significado un cambio competitivo en el club. De hecho, ha ido a peor. Es pronto y el equipo necesita carburar, no obstante, el calendario tras el parón no es mucho más reconfortante. Villarreal en casa y Mallorca fuera pueden significar un cambio de tendencia o, por el contrario, de no sacarlos adelante, el principio del fin.

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