El FC Barcelona de Xavi Hernández se ha abonado al resultado favorito de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid muy por encima de los números que luce el argentino desde que llegó al equipo colchonero, allá por 2011. Desde entonces, el Cholo ha ganado 102 partidos por 1-0, esto es, el 15,76% de los 647 que ha dirigido a los madrileños (es su entrenador con más choques).

Sucede que Xavi Hernández, sólo en Liga, ha sumado un total de 20 triunfos por ese mismo resultado desde que llegó al Camp Nou, a mediados de la temporada 21-22. En total ha dirigido 79 encuentros del torneo de la regularidad. Los triunfos por esa mínima han supuesto el 25% de los choques disputados, casi diez puntos porcentuales por encima del Cholo.

De hecho, en las últimas temporadas, Xavi es el rey del unocerismo europeo. Traducido: desde el comienzo de la campaña 22-23, ha sumado un total de 15 triunfos ligueros por ese resultado. Más que ningún otro equipo en las grandes ligas de Europa y un 28% del total de partidos que ha dirigido Xavi en estos dos cursos en los que, lejos de alejarse de este resultado prototipo del fútbol rácano, ha abrazado con fruición.

Un duelo de altura

El próximo domingo a las 21:00h el Barça se enfrenta al colíder de LaLiga, el Girona, en un partido bonito y a priori muy disputado. Los pupilos de Xavi son favoritos en las apuestas de LaLiga con una cuota 1.53 frente a los 5.50 de los de Míchel. ¿Conseguirá vencer el Barça en el Estadio Olímpico de Montjuïc? ¿Será el resultado de 1-0? A priori parece una muy buena predicción para los apostantes.

El ADN del Barça

El asunto, alejado de los focos de debate del FC Barcelona, parecería anecdótico y casi inútil. Porque la gran mayoría de equipos se sienten en el triunfo cómodos más allá del marcador conseguido. Que se lo pregunten a la propia afición del Atlético de Madrid, diligentes fieles de Simeone más allá del marcador. Lo importante es ganar, ha aplicado el argentino a su discurso con contundencia Bilardista. Pero en Barcelona es todo lo contrario. Eso es lo importante.

La filosofía del club azulgrana insiste casi a la par en la importancia de ganar, pero también de hacerlo dando espectáculo y haciendo del marcador, reflejo de esa fórmula tan Cruyffista de largas posesiones, juego vertical y presión desmesurada. La perfección de este modelo la encumbró Pep Guardiola en un equipo con Xavi incrustado en su medular. De ahí que no es de extrañar que en su presentación el de Tarrasa insistiera en que para él era importante “divertir” al socio culé dándole ese espectáculo que las necesidades económicas y la era Koeman parecían haber hecho olvidar.

La cara B de un Barça blindado

Pero lejos de acercarse más a ese modelo de excelencia, en ocasiones el Barça se acerca más si cabe a lo que era con el holandés al frente. Buena prueba es este rosario de resultados 1-0 que, en otros equipos, sería interpretado como un ejercicio de eficacia defensiva. Fue así como, por ejemplo, logró LaLiga el curso pasado, blindando a un Ter Stegen intocable. Pero ni por esas se moduló el exigente discurso culé, ese que Xavi repite, pero que los resultados desmienten.

El Barça gana, pero por la mínima hasta superar incluso los estándares de Simeone, considerados por muchos modelo totalmente opuestos al culé casi, casi hasta convertirlo en una suerte de antítesis ejemplarizante que evitar. Por ahora este proyecto no lo está consiguiendo, aunque precisamente los triunfos son los que están eclipsando el debate, mucho más potente de no llegar las victorias y los títulos. Curiosa paradoja de corte casi Cholista.

Juego Seguro. 18+ Juega con Responsabilidad