El descalabro del Real Madrid continúa... y deja paso a un nuevo Rey
Unicaja Málaga le arrebató el trono al Real Madrid en la Copa del Rey y ensancha aún más la fractura del club blanco, al que Chus Mateo ya no le saca jugo.
Juego Seguro. +18 Juega con responsabilidad.
La temporada del Real Madrid de baloncesto no ha hecho más que ir a peor. Los blancos no paran de descender por un tobogán sin tierra a la vista, y la Copa del Rey, que prometía ser la excusa para levantarse de nuevo y volver a la carrera, ha resultado ser la peor de las decepciones.
Unicaja Málaga venció al vigente campeón del torneo Copero por 93-79 en Gran Canaria, llevándose el trofeo a casa y dejando a los de Chus Mateo sin ver la luz al final del túnel. Los andaluces fueron superiores en todos los aspectos, barriendo al Real Madrid, con más experiencia competitiva y presupuesto que los malagueños, de una forma que hacía mucho que no pasaba en una final.
Pero lo acontecido en dicha final de Copa responde a la pregunta que sobrevuela estos días: los blancos están muy lejos de ser lo que eran.
¿El fin de una era?
El Unicaja se ha convertido en la pesadilla del Real Madrid, pues los merengues han perdido los dos títulos en juego en lo que va de temporada, Supercopa y Copa del Rey, frente a los andaluces. Es cierto que recuperó el liderato de la ACB hace poco, pero su participación en la Euroliga está siendo un desastre.
Firman el mismo número de victorias que de derrotas en la competición continental, 13 respectivamente, y solo faltan ocho jornadas. Los de la capital ya están sudando la gota gorda: necesitan un milagro para ser cabeza de serie y todo apunta a que disputarán el play-in. Y por si fuera poco, la Final Four acecha y no pueden dormirse. Además, enfrentan dos espeluznantes pruebas próximamente, el clásico en el Palacio y la visita al campeón Panathinaikos.
También se examinará a Chus Mateo, que a principios de diciembre, en la primera crisis, estuvo más fuera que dentro de seguir a los mandos del vigente campeón.
Malas sensaciones
Al Real Madrid le faltan muchos argumentos. Ni Facundo Campazzo, que fue el MVP de la final de la Copa del Rey de 2024, pero, aunque se empeñó, no consiguió ayudar al equipo a ser consistente, ni Walter Tavares, otra de las estrellas del momento, están en la cúspide de su rendimiento.
A su vez, los veteranos no lideran, ni dan la imagen necesaria que requieren jugadores con calidad, responsabilidad y experiencia. Ellos brillan por sí mismos, pero los toques de gracia individuales no son suficientes en un equipo sin química ni buen baloncesto. Además, los nuevos fichajes no cumplen como deberían.
El problema reside en la planificación y los nuevos jugadores: los cambios no han sido buenos y los que han llegado no suplen a los que ya no están. El adiós de Gerschon Yabusele a la NBA hizo un daño irreparable, y también se extraña la potencia de Vincent Poirier. Otros dos grandes nombres caídos del Real Madrid son Sergio Rodríguez y el fantástico Rudy Fernández. Sus recambios, ni Ibaka, ni Andrés Feliz, entre otros, han dado el puñetazo encima de la mesa que se esperaba de ellos.
El combinado de Chus Mateo debe recomponerse a velocidad de infarto y encontrar una respuesta que convenza, porque si no, podríamos estar frente al desenlace de una época en un equipo que ha visto la gloria en numerosas ocasiones y que se le recuerda por ello.
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