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Obtener algo dentro de la NBA que únicamente tienen Michael Jordan y LeBron James es un logro de mucho calibre por poco que se trate de un contrato de zapatillas. Kevin Durant se ha convertido en el tercer atleta de la historia de la marca de baloncesto, Nike, que firma de manera vitalicia por la empresa de Oregon. El alero lucirá así sus productos durante el resto de su vida, incluido cuando esté retirado de la competición.

Durant ha sido siempre un chico Nike desde que aterrizó en la NBA en 2007, firmando un contrato multianual cuando pertenecía a los extintos Seattle Supersonics. Desde entonces, ha dispuesto de 15 modelos de zapatilla personalizados dentro de su colección y ahora ha visto cómo el gigante de la ropa deportiva norteamericana le ha recompensado por una vida de lealtad con una ‘pensión’ vitalicia.

El actual alero de los Phoenix Suns presenta como méritos haber ganado la NBA en dos ocasiones con los Warriors, ser MVP con los Thunder y haber participado hasta en 13 All-Stars. Si lo comparamos con Jordan o LeBron, quizá veamos que no es un jugador tan histórico al nivel de los dos anteriores y para muestra un botón.

Lejos de LeBron y Jordan en méritos

LeBron ha ganado cuatro anillos, ha sido MVP en otras cuatro ocasiones y ha participado en 19 All-Star, mientras que Jordan tiene seis trofeos de campeón, cinco MVP y participó en 14 All-Star. Durant, a punto de cumplir 35 años, tiene todavía bastante que remar para acercarse a estos logros que pueden justificar un contrato vitalicio.

James selló su compromiso vitalicio con Nike en 2015 cuando apenas había recién cumplido los 30 años y a cambio 500 millones de dólares. Puede que al jugador, viendo su longevidad, le hubiese salido más a cuenta firmar otro tipo de contrato porque podría haber sacado mucho más. Hay que recordar que cuando selló en compromiso no había ganado un heroico anillo con los Cavaliers y ni siquiera se sospechaba que pudiese fichar por los Lakers.

Jordan, por su parte, firmó su contrato vitalicio a mediados de los 80 con Nike y, más que dinero, lo que ganó fue su propia compañía y unos derechos del porcentaje sobre ventas que anualmente le riegan con 150 millones. El ‘23′ no ganó dinero inmediatamente, pero hizo el camino para convertir su marca dentro del gigante Nike en algo premium que todo el mundo quiere vestir, incluido los futbolistas.

No han trascendido las cifras del acuerdo de Durant con Nike, pero todo apunta a que habrá tenido una cuantía similar a la que firmó Lebron, con la diferencia de que el alero está más avanzado en su carrera deportiva y no debería jugar más de un lustro en la NBA antes de emprender la retirada definitiva.

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El caso Curry

El otro jugador en la NBA que tiene un contrato vitalicio con una marca deportiva es Stephen Curry, quien en marzo de 2023 firmó por el resto de su vida con Under Armour. A diferencia de los tres anteriores, el jefe de los Warriors no trabaja actualmente con Nike. El base tuvo un desencuentro con la marca, hasta tal punto que tapó su logo con una alusión al versículo 4:13 del Filipenses del libro dentro de La Biblia.

Curry firmó con Under Armour en 2013 haciendo una operación arriesgada al estilo Jordan porque esta marca apenas era conocida como Nike en los 80. El base ha llevado a la empresa estadounidense a otro nivel hasta tal punto que ahora mismo va a tener su propia marca y que su acuerdo va como el de MJ, ya que ganará dinero en función de ventas y vinculación. Si le sale bien, multiplicará en ingresos a LeBron y Durant.