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Pocas veces en la historia de la NBA, un número 1 del Draft había estado tan claro. Desde hace meses se sabe que Victor Wembanyama será elegido como la primera elección del próximo sorteo de jugadores jóvenes que año a año repoblan la NBA. La duda estaba en qué equipo iba a tener la suerte de escogerle.

Finalmente, la suerte sonrió a unos San Antonio Spurs que son unos auténticos expertos desarrollando a números 1 del Draft. El equipo negro escogió a David Robinson y a Tim Duncan en esta posición del Draft, siendo las celebraciones de Victor Wembanyama -cuando esquivo ir a Houston Rockets- una señal inequívoca de que quería terminar en el destino que finalmente la suerte le ha deparado.

En los Spurs encontrará a una franquicia acostumbrada a desarrollar el talento internacional, como atestiguan los casos de Manu Ginobili o Tony Parker. Precisamente éste último jugará un papel fundamental en la adaptación de Victor Wembanyama en el equipo al haber sido una leyenda dentro de la estructura de San Antonio -ganó cuatro anillos-.

Con ‘Pop’ al fin del mundo

Por suerte para el ‘unicornio francés’, el técnico Gregg Popovich es uno de los que posee una reputación más alta en el baloncesto mundial y en su tarjeta de presentación encontramos un sinfín de grandes méritos. Cinco anillos de campeón, 22 presencias consecutivas en los Play-Offs de la NBA, un oro olímpico con Estados Unidos y hasta tres veces entrenador del año le avalan.

Popovich tendrá ante sí el desafío de sacar los mejor de un Victor Wembanyama que puede cambiar el panorama mundial del baloncesto gracias a unas tremendas condiciones. Con 2,21 de altura es capaz de jugar en casi todas las posiciones del campo gracias a una increíble coordinación y un tiro impresionantemente eficaz. El jugador tiene todas las condiciones para ser considerado una superestrella desde el primer día que pise una cancha de NBA.

Los espejos de Wembanyama

El alero francés deberá confiar en una franquicia que no suele desaprovechar las grandes oportunidades cuando caen en sus manos. David Robinson fue escogido en el primer puesto del Draft de 1987 y San Antonio supo llevarle a ganar dos anillos de campeón tras desarrollarle como uno de los mejores pívots del mundo. ‘El Almirante’, mote que le viene de haber estado dos años en el Ejército antes de entrar en la NBA, fue MVP en 1995, así como Jugador Defensivo del año en 1992 y máximo anotador en 1994.

El listón de Robinson parecía difícilmente superable, pero llegó Tim Duncan en 1997 como el número 1 del Draft y Popovich le convirtió en el mejor ‘4′ de la historia. En su haber encontramos cinco anillos de campeón y dos premios al MVP de la temporada como grandes galardones de una carrera que le encumbró como la mayor leyenda que haya jugado en los Spurs.

Ahora Wembanyama tiene la oportunidad de emular y mejorar a estos dos pívots -que se encuentran en la lista de los Mejores 75 Jugadores de la historia de la competición-. El francés sabe que está en la mejor escuela del mundo para mejorar sus prestaciones. La duda que existe es cuál será su límite y nadie advierte a vislumbrarlo. Es el único tipo del mundo capaz de fallar un triple y capturar en el aire su propio rebote para terminar la jugada en mate.