¿Por qué Bellingham juega con las medias cortadas?

No son pequeños, ni mucho menos. Son grandes. Muy llamativos. Tanto, que apenas dejan espacio para la prenda y mucho para el músculo. Por eso se los hace. Jude Bellingham, máximo goleador de Primera División (12 dianas) y flamante nueva estrella del Real Madrid, es famoso por muchos motivos en ésta su primera temporada en LaLiga. Uno de ellos, quizá el más anecdótico, los agujeros que luce en sus medias, justo en la parte posterior del muslo. Ahí, partido sí, partido también, se le puede ver jugando casi como si no llevara medias. Al menos en la parte posterior. Una imagen que empieza a repetirse también en otros jugadores y que no es cuestión de moda, sino de medicina. El motivo: evitar lesiones.

Bellingham, como muchos jugadores modernos, se quejan de que las medias actuales no están adaptadas a la fisonomía ni musculatura portentosa de los futbolistas. Esto es, con piernas voluminosas que, dentro de esas medias, no hacen más que sufrir elevadas presiones inadecuadas para la práctica deportiva. La media, per se, comprime la parte en la que se ajusta y provoca problemas inesperados.

Tanto es así que, estudios biomecánicos mediante y tras múltiples análisis por especialistas de prestigio, son muchos los ‘cracks’ que han llegado a la conclusión de que esas mismas medias son un peligro para sufrir dolencias de índole muscular. La solución: evitar tensión en ciertas áreas, como la del sóleo. Eso, con la fabricación actual de estas prendas, sólo se puede conseguir de una manera. A golpe de tijera. Con los boquetes hechos, la media no aprieta en esas zonas y el jugador puede moverse con libertad de no sufrir lesión alguna. Al menos a consecuencia de la presión que ejercen las calzas que porta.

Bale, un pionero

Bellingham, en verdad, no es el primer gran jugador que da este paso. Ya en el Real Madrid otro británico, el galés Gareth Bale, lucía agujeros en sus medias para aliviar la tensión, pero el tamaño del butrón era mucho menor que el del actual ‘5′ merengue. Tanto, que lo ha convertido casi en una marca personal. Ver a Jude trotar por el Bernabéu es ver a un jugador grácil que muestra gemelo por encima de lo que incluso permite la normativa.

¿Lo permite la normativa?

Porque el reglamento de LaLiga (al menos sobre papel) es tajante en esto y establece ciertas normas de vestimenta que, en el caso de las medias, no contempla que un jugador las lleve rotas, como tampoco se permite que juegue con los pantalones rajados o la camiseta destrozada. Ocurre que la patronal es consciente del caos médico que podría acarrear usar medias impolutas y prefiere hacer la vista gorda con una prenda más problemática de lo que parece.

En verdad ya casi ningún jugador de élite se pone la media al completo tal y como se puede comprar en una tienda. La mayoría portan sólo la parte que cubre la pierna y no el pie al completo. Es decir, que el jugador se pone un calcetín técnico especial (los hay que también alivian la tensión y reducen el riesgo de lesiones) para después recortar la media a la altura del tobillo y enfundarse sólo la parte de arriba. Bellingham, además, le añade un par de boquetes en el gemelo.

En algunos clubes este tipo de combinaciones supone un conflicto con las marcas técnicas que visten a sus equipos, toda vez que, durante el juego, se puede ver la marca del calcetín que cada jugador se enfunda, que suele ser diferente a la que viste el resto de la equipación. Algunos jugadores lo tapan con esparadrapo que une la media y el calcetín para evitar que se mueva y, de paso, evitan conflictos de marca. Ahí sí, la reglamentación LaLiga es rotunda: el esparadrapo debe ser del mismo color que el resto de la media, para evitar confusiones.

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