NBA
La estirpe europea coloniza la NBA
El viejo continente está agigantando su presencia e importancia en EEUU en un proceso que se inició en los 90 y tiene a Wembanyama su último fenómeno.
La NBA se ha transformado en una competición global. No sólo porque su trascendencia rebosa allende el Atlántico, sino porque la importación de talento de otros continentes ha potenciado una imagen de torneo que juegan los estadounidenses, pero también ganan otras naciones, especialmente las europeas. Hasta hace no mucho tiempo, semejante panorama era quimera, casi un sueño para los jugadores criados en el viejo continente. Ahora, sin embargo, ya no sólo es normal ver a europeos ganando la NBA, sino que algunos de ellos lideran a su equipos en la consecución de títulos. Claros ejemplos son Jokic (MVP de las últimas finales y ganador del anillo con Denver Nuggets) o Antetokoumpo (ganador de la NBA en 2021 y también MVP de aquellas finales).
Este recorrido de leyendas se inició en 1985 con el primer europeo que jugó con una franquicia de la NBA: Georgi Glouchkov. Un ala-pívot de 204 centímetros que, tal y como recuerda FIBA, era llamado ‘The Banger of the Balkans’, algo así como la salchicha de los Balcanes. Glouchkov fue el primero, pero los pioneros que dieron impulso real a aquel sueño fueron otros. Y también de los Balcanes.
Especialmente llamativo fue el caso de Petrovic y Divac, yugoslavos cuando aterrizaron en la NBA para protagonizar en suelo americano el desgarrador proceso que separó sus países y, de paso, su amistad. Petrovic (croata) jugó en Blazers y Nets, y aquí sí, dejó marca de su calidad a principios de los 90. Divac (serbio) hizo lo propio en Los Ángeles Lakers. Ambos abrieron camino a los que estaban por venir. Víctor Wembayama les debe mucho.
Este chavalín francés de 19 años ha hecho historia al ser elegido número 1 del draft 2023 de la NBA. Se ha incorporado a los San Antonio Spurs que esperan hacer de sus virtudes y talento uno de los puntos clave para retornar a la lucha por los anillos de la que salieron despedidos hace años por, entre otras razones, la salida de estrellas foráneas. Entre ellas, el también francés Tony Parker. Por ahora, los Spurs no aparecen entre los favoritos a ganar el anillo. En Betfair se paga a 126€ por euro apostado que lo hagan… aunque el proyecto que quiere hacer la franquicia en torno a Wembayama es a largo plazo.
Su majestad, Tony Parker
El caso es que San Antonio es, precisamente, uno de esos equipos que más éxitos ha cosechado gracias a la presencia de grandes talentos extranjeros. De hecho, más de un crítico mira al equipo como lo más parecido al baloncesto FIBA ejerciendo en territorio NBA. Ayudó el francés Tony Parker. De los 32 europeos que han ganado la NBA, él, Parker, es el que más títulos ha conseguido, con cuatro anillos (2003, 2005, 2007 y 2014) siendo, además, pieza clave en la mayoría de ellos.
Parker no fue el primer europeo en lograr un título NBA. Estrenó esta senda en 1994 el italo-eslovaco Ricard Petruska, con los Houston Rockets. Claro que, al igual que sucedió con Glouchkov y la dupla Petrovic-Divac, el pionero no fue el que marcó el camino. Sí lo hizo Toni Kukoc, croata ganador de tres anillos consecutivos de la NBA dentro de los legendarios Chicago Bulls de Michael Jordan.
Una estirpe sin fin
El balcánico (otro procedente de aquella fábrica inagotable de talento) es el segundo europeo con más títulos (tres) por detrás solo del propio Tony Parker (cuatro títulos) y por delante del español Pau Gasol, otra leyenda europea de la NBA con dos entorchados. Entre unos y otros, un elenco gigantesco de jugadores para el recuerdo ya no sólo con un título NBA en su carrera, sino como pieza básica de estos títulos: Nowitzki, Tabak, Stojakovic, Marc Gasol, Serge Ibaka… hasta llegar a Jokic. El último de esta (gigantesca) estirpe.
Jokic tiene en su currículum, además de una imagen alejada de lo que se supone que es una estrella de la NBA (para el ‘Joker’, como le llaman, lo importante es el equipo, no él), una colección de premios individuales. Dos MVP de la temporada regular, los mismos que Antetokounmpo, que ganó los de 2019 y 2020. El griego de los Bucks es otra referencia de la actual galaxia NBA al que se une un tercer astro brillando con alternativas de ganar en próximos cursos el galardón a mejor jugador del torneo. Se trata del esloveno Luka Doncic.
Y mientras tanto, los equipos siguen moviendo sus piezas para reforzarse. Movimientos entre los que también los europeos destacan. El último y más llamativo ha sido el fichaje de Porzingis (ex de Sevilla) por los Boston Celtics después de haber sido jugador franquicia en los Knicks, Dallas y Wizards. El pívot (2,21 de altura) añade calidad a una franquicia que sigue siendo la favorita a ganar el título el curso que viene (cuota 5.5) al igual que los Nuggets de Jokic, vigentes campeones con una cuota también de 5.5.
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